- Please, let me go -

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Robin se había tomado un descanso indefinido. Descanso obligado debido a un -muy estúpido- descuido según Damian.

Los muerciélagos estaban desmantelando un laboratorio clandestino donde experimentaban con una nueva cepa. Trataban de elaborar un virus para enfermar a la población y sacar provecho de ello.

Red Robin fue quien dio con el caso y con ayuda de Oráculo, todo salió a la luz. Mientras clausuraban el lugar, uno de los sujetos que había sido capturado, se soltó y aprovechó para tomar una de las pistolas con el líquido experimental para atacar al vigilante más cercano, siendo Robin el objetivo. Un pinchazo en el muslo del menor y el agresor tuvo a todo el clan sobre él. Sin embargo, el daño ya estaba hecho.

Damian comenzó a enfermar, perdió el apetito, su coordinación motriz se vio afectada, su peso disminuyó. Su piel antes radiante, lucía opaca. Las cuencas de sus ojos se resaltaban. Estaba demacrado.

Tuvo que dejar de ser Robin. Bruce y Tim no descansaron mientras le realizaban múltiples estudios y pruebas, todo para encontrar una cura.

Dick y Jason no se le despegaban y aunque al principio el chiquillo renegó, se acopló a la compañía y sobreprotección de los mayores.
Luego de unos angustiantes días, finalmente dieron con la cura. El tratamiento era lento pero efectivo, así que en un par de semanas, Damian estaría de vuelta en las calles.

Claro que no por estar convaleciente, el hijo de Bruce se quedaba en cama durante los patrullajes. No, Bárbara le había enseñado un par de trucos y podría decirse que era un digno aprendiz. En varias ocaciones suplió a la chica dando soporte externo a su padre y hermanos.

Esa noche le ayudaba a Nightwing con un caso de trata de blancas. Red Hood andaba perdido con los Outlaws y Red Robin con los Titanes. Batman también estaba ocupado en una misión 'secreta' de la Liga.

- ¿Cuántos son? - Damian se inclinó en el asiento mirando fijamente la pantalla del computador. No le agradaba mucho la idea de que Dick se enfrentara a esos tipos sin refuerzos, pero al menos podía cuidarle las espaldas.

- Veo seis firmas de calor, pero no te confíes. Han incrementado la seguridad desde el incidente del mes pasado con la policía.

- Entendido, voy por los guardias entonces.

- Nightwing - se mordió el labio arrepintiéndose enseguida. Se había vuelto un débil sentimental durante sus días de enfermedad.

- ¿Sí? - la voz de Richard lo trajo de vuelta.

- Ten cuidado - susurró abochornado. Casi pudo ver la sonrisa en el rostro del mayor.

- Estaré bien, babybat - el muy idiota de seguro se sentía especial.

- Jódete - cerró el micrófono y se cruzó de brazos indignado.

Todo iba relativamente bien, hasta que perdió la señal de Nightwing y la imagen de la computadora se distorsionó hasta perderse. De inmediato revisó los comandos y controles. Todo en orden.

Entonces la falla era externa. Mierda. O era una trampa o definitivamente esos traficantes eran más listos de lo que en realidad aparentaban.

Ambas opciones eran terriblemente malas.

Ni modo. Observó su traje en la vitrina teniendo claro lo que debía hacer. Después de todo él fue entrenado para el combate, no importa que tan mal se encontrara. Una estúpida enfermedad no lo detendría. Era el nieto de Ra's Al Ghul. El hijo de Batman.

Y Nightwing lo necesitaba.

Se colocó su traje y preparó algunos drones. Mejor llevar un par, no podía poner en riesgo la misión.

Somos Hermanos || BatbrothersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora