Criando a un Pirata (ZoSan)

Seis

Un largo silencio se formó después de la pregunta tan repentina de Luffy, era algo de esperarse del capitán pero la mayoría de la tripulación no cría que lo diría, es decir, no se requería ser muy inteligente para notar las conductas que tenían los dos hombres con su hijo.

Sanji, era el tipo de padre que amaba profundamente a su bebé y quería lo mejor para él, del tipo cariñoso que estaría todo el tiempo al pendiente de que él pequeño sin ser sobreprotector excepto cuando corría realmente un riesgo o él lo considerará así. Era el tipo de padre que cuando su bebé llora sonríe pero por dentro desea saber que le sucede, no quiere que nada lo dañe.

Zoro era parecido pero no igual, si, también adoraba a su hijo, de hecho lo amaba más que a nada y a nadie (únicamente por debajo de Sanji), podía ser rudo con él y tratarlo como si fuera un juguete, no es que no le preocupara su bienestar, es que no medía el peligro; jugaba con el bebé para verlo sonreír, era la alegría de sus días. Zoro era el tipo de padre que cuando su bebé lloraba se sentía devastado y lo externaba, se preocupaba tanto que incluso sería capaz de mover mar y cielo para que su bebé estuviera bien. Era el gallo cuidando de su pollito.

Cuando Luffy dijo tal cosa, todos esperaban una reacción algo violenta pues, al ser ese par de locos enamorados de su chiquito, incluso serían capaces de atormentar a Luffy por el resto de sus días.

Pero no fue así.

Zoro sonrió y Sanji soltó dulces carcajadas que hicieron que el ambiente dejara tanta tensión atrás.

-Argent no puede hablar, Luffy, ¿Cómo crees que te va a contestar? - Preguntó Zoro riendo un poco y luego suspiró. - Apreciamos esa oferta para nuestro hijo Luffy, ya lo habíamos platicado. - Posó su mano en el hombro de Sanji. - Pero Argent es un bebé, no puede ser un pirata... Aun...- Susurró.

-No, no puede ser un pirata porque no lo queremos poner en peligro hoy ni nunca. - Sanji vio mal a Zoro. - Pero gracias Luffy, sabemos que si fuera tu nakama lo protegería con tu vida como a todos nosotros, pero si Argent se vuelve un mugiwara su cabeza tendrá precio, correría muchos peligros y nuestras aventuras son... Vaya, peligrosas.

-Nosotros siempre seremos tus compañeros Lu, porque juramos acompañarte hasta que encuentres el One Piece y seas el Rey de los Piratas, pero él no, e incluso si le diéramos permiso de ser un pirata. - Lo del permiso fue mencionado por un pellizco que el rubio le estaba metiendo a Zoro. - Él tendría que decidir, y aún es pequeño.

-Joo~ pero yo quería que fuera mi nakama~. - Dijo Luffy haciendo puchero.- ¡tiene a los padres más geniales de todos! - Todos sonrieron. - Además es muy lindo~ no creo que le pongan gran precio a su cabeza si se vuelve mi nakama, ¿si? ¿Por favor?

-¿Eres sordo? - Nami le dio un golpe. - No lo quieren poner en peligro, entiéndelo. - Y agregó en un susurro: - Y agradece que no te mataron por tus tonterías, era obvio que no iban a aceptar, ¿no los conoces?

-¡Auuch! ¡Eso duele! - Luffy sobo su golpe e hizo puchero. - Vale... Pero cuando crezca lo volveré mi nakama. - Susurró Luffy haciendo sonreír a Zoro y gruñir a Sanji. - Shishishi, ¡Sera miembro de la tripulación del Rey Pirata, quiéranlo o no, ya lo verán! - Y está vez Sanji si le pegó.

* * *

-¿On t'a bebé? ¡Aquí ta!

Era una tarde soleada, la salada brisa de las aguas de la gran ruta marítima acariciaba la piel de los piratas, parvadas de gaviotas de vez en cuando pasaban anunciando su presencia y acompañando la melodía que Brook tocaba en esa ocasión y que no era él único ruido, la anterior frase había sido repentina una infinidad de veces, y después de ella muchas carcajadas de un dulce bebé de cuatro meses.