Veinticuatro

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Algo de tiempo después...

Argent cumpliría la mayoría de edad en un mes, y para entonces...

-Cuando puedas decidir... ¿¡Quieres der mi nakama ?!

-Jajaja, ay Luffy... - Siempre respondía Argent. - ¡Por supuesto! Jamás me uniría a otra tripulación que no fuera la tuya. - Sonreía.

-¡Pero Argent !- Replicaba Sanji.

-Vamos papá, no puedes decidir por mi por siempre.

-Pero el destino...

-Ni el destino ni nadie decide por mi. - Argent sonreía. - Seré de la tripulación del Rey Pirata, no me importa qué.

Siempre era lo mismo, los mismos diálogos, las mismas expresiones, las mismas emociones, todo era siempre igual, y esa conversación la tenían al menos una vez al día, de hecho, la estaban teniendo cuando Franky aviso a la tripulación que un barco enemigo se acercaba peligrosamente, era muchísimo más grande que el Thousand Sunny.

Sanji intercambio miradas con su hijo y este asintió, rápidamente se fue a ocultar al nido del cuervo, bueno, ni tan rápido porque se perdió en el camino, pero inicialmente ese era su propósito.

Los mugiwaras se pararon a lado de Luffy, respaldandolo, listos para cualquiera que fuera la orden del capitán, este solo observaba atento, analizaba lo que haría este posible enemigo.

De pronto, vieron como cinco personas del barco saltaron y aterrizaron en el sunny tambaleándose un poco, había cuatro hombres y una mujer, todos enormes y musculosos a excepción de la dama encapuchado que parecía ser tan frágil que de un soplido se caería.

-Oh, lamentamos las informalidades. - Dijo el que parecía ser el capitán, poseía una enorme y tupida barba color naranja y vestía de negro. - Soy el capitán Orenjihige, líder de todo ese barco y los rufianes de allá, y estos tres, - Señaló a los tres hombres que estaban a su lado. - Son mis nakamas, ah y la mujer. - Justo en ese momento ella estornudo y cayó al suelo. -Ignorenla, solo es una maldita que cree que puede engañarnos.

Nami llevó sus manos a su boca, aquella dama se veía muy enferma, vio a Chopper, estaba igual de preocupado, y finalmente miró a Luffy, estaba tranquilo, no revelaba emociones.

-Vinimos, a usted, Monkey D. Luffy, capitán de los sombreros de paja, a invitarlo a unirse a nuestra tripulación.

Zoro estalló en sonoras carcajadas, y el resto de la tripulación también rio un poco. Los otros tipos igual rieron sin saber porqué.

-Jeje, ¿Qué hes tan gracioso? - Preguntó el capitán Orenjihige.

-Qué idiota jajaja, se atrevió a preguntarle eso a Luffy jajaja... - Zoro no podía dejar de reír.

-Shishi, no, gracias. - Sonrió Luffy respondiendo a la oferta. - Pero podemos ser amigos.

- Mmmh... Tus nakamas también pueden venir.

-No, yo no quiero sehuir las ordenes de nadie, yo me convertiré... ¡En el Rey de los Piratas!

-Bueno, te invitamos por las buenas, supongo que tendrás que aceptar por las malas, très flamas mortales, quemen el barco. - El capitán dio la vuelta y paso atrás de sus nakamas, se sentía ofendido.

Las tres flamas mortales eran los hombres que estaban a su lado, cada uno extendió sus brazos, en vez de ser de carne y hueso eran llamas de color, una roja, una verde y otra azul, cada una con un poder especial, no cabía duda, era tecnología robada del Germa 66.

-¿Cómo es posible?- Se preguntó el cocinero a si mismo. - Ellos jamas se dejarían asaltar...

-¿Asalto? ¿De qué hablas? - Guro y sonrió el capitán Orenjihige, mostrando su dorada sonrisa. - Todo este armamento no es robado, fue vendido por la mayor de los hermanos, Possion Pink.

Criando a un Pirata (ZoSan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora