Isabelle estaba sentada en la cama abrazando sus rodillas, el frío invierno calaba sus huesos como filosas espinas, ella intentabas cubrir su pequeño y delicado cuerpo lo mejor que podía, pero en aquel palacio abandonado el que había sido envíada a vivir no le daba el cobijo que necesitaba.
Isabelle era la primer hija del rey Venobich, un hombre cruel y despistado que veía a todos sus hijos como simples herramientas.
En el reino de Laios el heredero al trono siempre era el primogénito, no importaba el género del niño, sin embargo el rey no quería a una niña pequeña y enfermiza como su heredera, así que la envío a la parte más recóndita del palacio para que muriera en silencio.
Isabelle se había aferrado a la vida con todas sus fuerzas, a pesar de que solo recibía una comida al día y de que no tenía las condiciones adecuadas para sobrevivir ella no se dio por vencida y se aferró a la vida de manera admirable.
En el silencio y entre lágrimas se repetía una y otra vez.
- no quiero morir, no quiero morir, Dios, si me estás escuchando ayúdame por favor, no quiero morir.
Isabelle repetía esas palabras cada día, una y otra vez. Nadie lograba entender por qué un ser tán débil y desafortunado como lo era ella seguía aferrándose a la vida, un día una de las sirvientas que le llevaba comida una vez al día le pregunto.
- ¿Por que sigues intentando vivir?, ¿Acaso no sería más fácil dejarse morir?, Así todo el dolor y sufrimiento que estás sintiendo desaparecería.
Isabelle tenía 12 años, a esa corta edad 6 habían sido un infierno, pero ella no sé rendía ante las garras de la muerte que cada día le susurraba al oído que dejara de luchar.
Mientras comía la espesa sopa con un hambre voraz Isabelle le contestó.
- ¿Por qué no te tiras de la torre más alta de este castillo?
- ¡Esta loca!, Si lo hiciera moriría.
- Lo ves?, Así cómo tú vida es valiosa para tí, mi vida es valiosa para mí, así que deja de pedirme que muera,por qué no lo haré.
Ella continúo comiendo en silencio, al terminar la sirvienta tomó la bandeja con los platos vacíos, ella no había dejado ni una sola miga, se lo había acabado todo.
Después de la sirvienta se fuera Isabelle se asomo por la ventana, fuera la nieve había comenzado a acumularse, mientras veía a través de la ventana alzó su mirada al cielo y volvió a decir su pequeña oración juntando sus dos manos.
- No quiero morir, por favor Dios, no permitas que muera.
Isabelle continúo asiendo la misma oración por tres inviernos más, a la primera de su quinceavo cumpleaños aquella sirvienta que siempre le llevaba comida le llevo un hermoso vestido, hermosas joyas y adornos para decorar su cabello.
- ¿Por qué as traído todo eso?
pregunto con curiosidad- su majestad me pidió que trajera todo esto, que la pusiera hermosa, el quiere verla.
Habían pasado 9 años desde que Isabelle había visto a su padre, ella aún recordaba las crueles palabras que le había escupido con rechazó la última vez que le había visto.
"No necesito a una hija tullida como mi heredera, así que muere de una vez"
- ¿Sabes por qué quiere verme?
- no, solo dijo que me diera prisa.
Aquella sirvienta le dio un baño de agua fría, todo el cuerpo de Isabelle se estremeció al sentir el agua fría derramándose por su delgado cuerpo, ella deseó que todo eso acabará rápido, pero no fue así, fue largo y tortuoso, ya que debía quedar muy limpia.
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Esposa olvidada (Pausada)
RandomIsabelle era la primera hija del rey de Venobich, un hombre cruel y despistado que veía a todos sus hijos como simples herramientas. En su quinceavo cumpleaños ella es obligada a casarse con el rey William. Enemigo jurado de su padre, ahí ella será...