No quiero ser una prisionera {14}

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William decidió ir a visitar a Isabelle en la pequeña casa en la que ella vivía, cuando llegó y vió que ella estaba trabajando de manera muy animada en el huerto, también observó que tanto su ropa que como sus manos estabas llenas de lodo más bien toda ella estaba sucia de lodo, para él ella en ese momento parecía una pordiosera a su vista, pero el rostro de ella estaba plantada una gran sonrisa mientras ella seguía plantando en su huerto, William se quedó mirándola por unos minutos y después decidió hablarle.

- Princesa, cuando piensa dejar de arrastrarse por el lodo.

Isabelle volteó a ver al dueño de aquella voz, a ella no le gustaba tratar con William, de alguna manera Isabelle podía sentir el odio que sentía William hacía ella, y eso le causaba miedo a ella, y es que Isabelle no sabía cuándo William se molestaría y decidiera matarla.

Mientras Isabelle contesto lo que pudo en ese momento.

- Su majestad.

William se acercó un poco más a Isabelle, en su mirada se veía reflejada tanto la irá como el odió que sentía ese día, Isabelle no entendí por qué el estaba tan molesto, por instinto al ver qué el se acercaba más ella comenzó a retroceder así cayendo sentada.

William al ver cómo Isabelle se había caído, le dijo.

- ¿Pero que crees que estás haciendo?, Levántate rápido!.

Isabelle inmediatamente se puso de pie, también escondido sus manos trás su espalda y preguntando con temor a William.

- ¿Que es lo que hace su majestad aquí?

- Solamente he venido a preguntarte algo.

- Está bien, ¿Que es lo que decía preguntarme?.

- ¿Cuál es el tipo de magia ye tú tienes?

- Su majestad, yo no tengo ningún tipo de magia.

Al momento en que Isabelle dijo eso William se enfado, el enfado se debía a qué normalmente los que eran parte de la familia real nacían ya con algún tipo de magia, así que para William no le era lógico que Isabelle siendo una princesa no tuviera ningún tipo de magia.

Así que William le dijo.

- ¿Acaso te estás burlando de mí?.

Isabelle pudo ver cómo el seño de William se iba frunciendo cada vez más, sin duda se notaba que estaba realmente molesto, Isabelle tuvo aún más miedo y comenzó a retroceder otra vez, pero también le dijo.

- Su majestad, yo nunca me atrevería a burlarme de usted.

"Por lo menos no estando usted presente", fue lo que pensó Isabelle mientras movía sus manos de manera nerviosa.

- Eso ya no importa, mañana iremos al templo hay averiguaré lo de tu magia.

Isabelle pensaba qué William se iría después de decirle eso, pero en cambio William la miró fijamente, la observó de pies a cabeza y le dijo.

- Debes volver al palacio, ya no vas a seguir aquí jugando en este lugar.

- No, ¿Porque?, Si yo he hecho algo para que su majestad este molesto conmigo le pido perdón.

Isabelle se arrodilló y le siguió diciendo mientras lloraba.

- Su majestad por favor!, No me obligue a volver al palacio, todo menos eso, lo que usted me pida yo lo haré pero no me obligue a volver.

- Levántate!, Asta ahora he permitido que hagas lo que tú quieras, pero eso ya se acabó, ahora deberás tomar tu lugar en el palacio real, aún que me desagrade la idea, aún eres mi esposa y por tanto tu deber es darme un hijo, después de que me des un hijo podrás hacer lo que quieras con tú vida.

Esposa olvidada (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora