William al ver qué Isabelle lloraba de manera desconsolada no pudo evitar sentirse mal por ella, el no sabía que decirle o mejor dicho no sabía que tipo de palabras poderle decir para hacerla sentir mejor y que pudiera calmarse, lo único que se le ocurrió hacer fue soltar un fuerte suspiro y decirle.
- Deja de llorar por favor..........si lo que tú quieres es quedarte en este lugar........te dejare quedarte.
Isabelle al escuchar las palabras de William sus lágrimas pararon de salir y le pregunto.
- ¿No me estás mintiendo?, ¿De verdad me puedo quedar en este lugar?.
- No te estoy mintiendo, si es lo que tú deseas...... puedes quedarte.
- ¿Si me quedo nadie vendrá a molestarme?.
- Nadie te molestará, pero si enviaré al mayordomo de ves en cuando para que venga a asegurarse de que no te haga falta nada, y se que cuando dices que si nadie te molestará te refieres a las sirvientas, pero descuida si tú no quieres que ellas vengan no lo harán.
Isabelle inclinó su rostro un poco como muestra de respeto hacía el rey y le dijo.
- Muchas gracias su majestad, no tengo como agradecerle ésto.
William no le contesto nada a Isabelle, solo dió media vuelta y camino rumbo a la puerta antes de salir de la casa de la princesa, volteó a verla una última vez y le dijo.
- Gracias por salvarme ese día en el bosque.
- No tiene nada que agradecer.
William se marchó de la casa de Isabelle, al llegar al palacio le dio sus nuevas órdenes al mayordomo con respecto a la princesa, por otro lado después de algunos días Isabelle pudo volver a sentirse tranquila y es que desde que el rey la había visitado no habían vuelto las sirvientas a su casa a molestarla y mejor aún sus días tranquilos habían vuelto.
Ahora el único que iba de ves en cuando a la casa de Isabelle era el mayordomo, en cada visita el le llevaba a la princesa ropa y zapatos nuevos, también le llevaba comida y especias para que ella pueda cocinar.
*******
El invierno volvió pero está vez todo era diferente para Isabelle, ya que en este invierno la paso de maravilla, todo gracias a las cosas que el mayordomo le llevaba, con los zapatos y la ropa abrigadora que el mayordomo le llevo ella pudo disfrutar de salir de su pequeña casa para jugar con la nieve afuera, al salir y jugar con la nieve no puedo evitar sentirse igual que una niña pequeña, el jugar de aquella manera con la nieve la hacía sentir sumamente feliz y es que ella no recordaba cuando fue la última vez que ella había podido disfrutar de aquella manera del invierno, o mínimo recordar si alguna vez disfrutó de algo.Isabelle se encontraba formando en la nieve un muñeco, cuando un hombre se acercó a dónde se encontraba ella y le pregunto.
- ¿Quien eres tú?
Ella observó a aquel hombre, al verlo bien se dió cuenta que el poseía un parecido a el hombre que era su esposo, una este hombre que estaba junto a ella se veía más joven que su esposo, ella decidió continuar con su muñeco de nieve y envés de contestar le hizo ella otra pregunta.
- ¿De hecho debería ser yo quién te preguntará, quién eres tú?
- Mi nombre es Henry, ya te he dicho quién soy ahora dime, ¿Quien eres tú?.
- De acuerdo, mi nombre es Isabelle.
**********
Henry había decidido salir a caminar, al caminar se perdió tanto en sus pensamientos que no se dió cuenta por dónde caminaba, cuando se dió cuenta ya estaba en aquella parte más alejada del palacio, en su campo de visión pudo notar un cabello rojizo y es que el color resaltaba en aquel paisaje gris/blancuzco, a Henry la curiosidad le ganó y mientras más se acercaba a aquella persona para saber quién era, cuando estuvo lo suficientemente cerca para ver bien su rostro, no pudo evitar quedar embelesado por aquel rostro, y es que cualquier persona que viera a aquella mujer quedaría descuerdo con Henry en qué era una joven hermosa.
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Esposa olvidada (Pausada)
RandomIsabelle era la primera hija del rey de Venobich, un hombre cruel y despistado que veía a todos sus hijos como simples herramientas. En su quinceavo cumpleaños ella es obligada a casarse con el rey William. Enemigo jurado de su padre, ahí ella será...