Al salir de la ciudad los guardias usaron un pergamino de teletransportación para llegar al reino de cosset, esa era la primera vez que Isabelle sentía y veía tal magia, ella se sintió mareada y como si todo su cuerpo fuera destruido y vuelto a armar.
Cuando los guardias abrieron la puerta del carruaje diciéndole que ya habían llegado encontraron a la joven princesa jadeando de dolor, ellos noble preguntaron si alguna vez había viajado usando pergaminos de teletransportación, pero ellos habían dado por sentado que lo había hecho ya que se trataba de una princesa.
La primera vez que se viajaba con los pergaminos de teletransportación podía ser muy cansado, pero nunca escucharon que fuera doloroso, ellos pensaron que la princesa estaba fingiendo y decidieron ignorarla.
- por favor baje princesa, no haga esperar a su majestad el rey.
Ellos la obligaron a salir del carruaje aún cuando Isabelle apenas y podía mantenerse en pie, cansada y adolorida ella caminó casi arrastrándose.
Ellos la llevaron a un enorme templo, Isabelle camino sin detenerse, cada paso resultaba doloroso y agotador, cuando entraron al templo ella vio que estaba decorado hermosamente con flores, el lugar estaba lleno de gente y en el fondo había una enorme estatua de Juno, la diosa del matrimonio, los guardias le dijeron que caminara sin detenerse, en el altar había un hombre junto a la estatua, Isabelle tenía su vista borrosa y asta que no estuvo lo suficientemente cerca no pudo distinguir las facciones de aquel hombre.
Él era alto, de hombros anchos y músculos apretados, tenía el cabello negro y unos hermosos ojos verdes esmeralda, entre más se acercaba más grande le parecía aquel hombre a Isabelle. El tenía una expresión de desagradó en su rostro que no se molestó en ocultar.
"Él debe ser el novio" , pensó Isabelle, entonces eso quiere decir que esa era su boda.
Ella camino hasta quedar frente al rey de cosset, William Veriatte. Isabelle no se inclinó haciendo alguna reverencia, tampoco hablo con palabras dulces, solo dijo.
- Hola
Sus palabras fueron cortantes, no mostraron ningún sentimiento, ni dolor, ni rabia, tampoco hubo odio, sus palabras sonaron vacías.
El rey frunció el seño, molestó de que fuera tan insolente, que lo despreciara de esa manera frente a todos como diciendo.
"No me inclinaré alte ti, no mereces mis respetos"
Lo que el rey no sabía era que Isabelle no tenía la menor idea sobre la etiqueta que debía mostrar en presencia de alguien con un alto cargo ya que ella nunca había recibido tal educación.
El rey extendió su mano, molestó al tener que tocar a la hija de su enemigo jurado, William quería acabar con esa situación lo más pronto posible, asi que corto la ceremonia y dijo.
- Frente a la diosa Juno uno mi vida a ti, a partir de hoy seremos marido y mujer.
Isabelle no dijo nada, simplemente se quedó en silencio sin saber que hacer,ni que decir, el rey le dió una copa de vino y dijo.
- Bebe.
Isabelle hizo lo que el rey le mando, el rey hizo lo mismo, después puso la copa en una mesa y con una daga que había en la mesa se hizo un pequeño corte derramando sangre en un pergamino y le dijo a Isabelle qué hiciera lo mismo, cundo la sangre de los dos se mezcló, el pergamino brillo y una marca en la mano izquierda de Isabelle y de igual forma una marca apareció en la mano izquierda del rey William.
Era una marca que los unía como pareja, la marca no podía borrarse y el único momento en el que desaparecía era el momento en el que uno de los dos moría, liberando al otro de su compromiso, de su juramento delante de la diosa.
Isabelle miró la marca en su mano, era como un tatuaje de un color dorado brillante como el oro que resaltaba su piel.
Él le dijo.
- Ahora eres mi esposa, espero que te comportes como tal.
El rey no la beso, ni tomó su mano, se suponía que debía hacer ambas cosas pero el decidió omitirlo, ella sabía lo que eso significaba, "aunque seas mi esposa no te trataré como tal".
En ese momento Isabelle hizo una pequeña reverencia y dijo.
- Estaré a su cuidado de ahora en adelante.
William camino molesto hacia la salida, Isabelle lo siguió mientras todas las miradas de odió se concentraban en ella.
William se subió al carruaje que los estaba esperando en la entrada, Isabelle se quedó de pie frente al carruaje, Wiliam le dijo desde el interior del carruaje.
- ¿Acaso no piensas subir?.
Isabelle subió al carruaje, el cochero se puso en marcha inmediatamente. William cerró sus ojos, el solo verla hacía que se pusiera furioso y quisiera tomar su delicado cuello entre sus manos y romperlo. El reino de cosset había sufrido mucho por culpa del rey de Laios, después de años en guerra un día el rey de Laios envío un mensajero pidiendo una tregua a través del lazo del matrimonio, el reino de cosset había sufrido mucho por la guerra, al final no tubo más opción que aceptar el matrimonio.
Cuando llegaron al palacio William se bajo primero del carruaje y le dijo a uno de los sirvientes que guiará a la princesa a su habitación. No hubo banquetes, ni bailes por el matrimonio, eso fue algo que en vez de hacerla sentir triste o enfadada hizo que Isabelle se sintiera aliviada ya que podía ir directo a descansar, algo que deseabas profundamente ya que aún se sentía mal por el viaje.
Una sirvienta la guío por los pasillos de aquel magnífico castillo y la llevo a una habitación.
- Está será su habitación, por favor no salga sola, si nesesita algo tire de la cuerda que hay al lado de la cama y vendré de inmediato.
Isabelle miró la exquisita habitación que le habían dado, al parecer ahí también era una prisionera, aunque se alegra que su prisión fuera más hermosa que la anterior, antes de que la sirvienta se fuera Isabelle le pidió que le trajera algo ligero para comer y una cesta de frutas.
La sirvienta asintió con la cabeza y se retiró.
Isabelle revisó la habitación era una habitación digna de una princesa, después ella se quitó el velo y los adornos de su cabello, los adornos eran pesados y le provocaban un dolor de cabeza, después intento quitarse el vestido pero no podía quitarlo por su cuenta, debía esperar a que la sirvienta regresará para pedirle su ayuda. Sin nada más que hacer Isabelle se quitó los incómodos zapatos que habían estado apretando sus pies y se tiró en la cama, era tan suave y mullida que Isabelle sintió como si estuviera durmiendo sobre una nube, ella no recordaba haber tenido una cama tan blanda en toda su vida, ella miro el techo de la habitación y pensó.
"Creo que tendré una buena vida en este lugar".
Parte 2 o segundo cap terminado.
Me costó un poquito poder pasarlo aquí pero lo logré.Ya pronto estará el cap 3.
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Esposa olvidada (Pausada)
RandomIsabelle era la primera hija del rey de Venobich, un hombre cruel y despistado que veía a todos sus hijos como simples herramientas. En su quinceavo cumpleaños ella es obligada a casarse con el rey William. Enemigo jurado de su padre, ahí ella será...