5. La búsqueda

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La puerta fue golpeada varias veces, pero aún así él no fue atender al llamado, permaneció allí acostado junto a Claude, aquel felino de blanco pelaje. La puerta fue abierta, y hay recién el chico se volteó, viendo a su tía Mac parada en el umbral de la puerta-Van hacer una búsqueda en el parque para buscar a Clare Harrison y a una niña que se perdió-informo, la mujer pudo como su mirada era una de sorpresa- ¿Te gustaría ir?

Con lentitud se levanto del pequeño refugio que se había hecho con sus sábanas y almohadas, aún cargando al felino asintió lentamente con la cabeza. Depósito a Claude en la cama, mientras el se abrigaba con algo más que un cardigán, se puso un abrigo grande, que lo hacia ver más pequeño de lo que era junto a unos guantes y una bufanda, y salió de la morada con destino el parque, en donde vio a varios ir para iniciar la busqueda. Necesitaba despejar un momento su mente, alejarse de esa casa, no tener que atender al llamado de eso psicópata, y tal vez esa búsqueda lo ayudaría a despejar un poco su cabeza.

Al llegar, por suerte nadie lo reconocía, llevaba mucho abrigo encima y sólo dejaba a la vista sus ojos, su mirada viajó entre todos los presentes, haciendo caso omiso a lo que decía el policía, sus ojos se abrieron como platos al toparse con la madre de su pequeña amiga, Samantha, se acercó a ella al no ver a la pequeña niña con ella- ¿Señora? -la llamo, a la vez que se quitaba la bufanda y se bajaba el cierre del abrigo dejando más a la vista su rostro. La mujer al verlo lo abrazo con desesperación, rompiéndose en llanto en sus brazos- ¿Donde está Sam?

- ¡Ah desaparecido! -exclamo entre sollozos.

Pronto fue centro el centro de atención, a muchos les sorprendía tal escena. No muchos conocían al chico, se les era un desconocido total, a la distancia era observado por el señor Harrison, Chris y las jóvenes de la fraternidad, estaban perplejos ante tal escena, era extraño, ese muchacho era extraño. La búsqueda dio inicio, durante todo el trayecto Jake iba a lado de la madre de Janice, ó, Samantha o Sam como le decían sus amigos, consolando a la madre durante la búsqueda, el de la cicatriz sentia un malestar en su interior, un mal presentimiento, pero... ¿Porque?

[...]

Los gritos tan llenos de horror se hicieron ecos, su juicio estaba nublado, su sangre hervía en furia, y su cuerpo se tenso. Un gran grito de dolor se escapó de sus labios, cayendo al suelo de rodillas, iniciando a dar golpes con gran fuerza al suelo, sin parar de gritar, sin parar de llorar, aquella agonía era notoria. Pronto tuvo que ser detenido por varios oficiales, se estaba haciendo daño, sus guantes de había desecho y de sus manos brotaba aquel líquido carmesí con gran fervor. Lo iban a meter a un patrullero cuando el señor Harrison se interpuso, diciendo que era su hijo, pero no lo soltaron, el chico se resistía al agarre de los oficiales, incluso golpeó a uno de ellos con su codo al intentar librarse de su agarre. Un doctor apareció en escena y lo sedo, cayendo el chico rendido en los brazos de los oficiales. No levantaron cargos ante el chico pese a que todavía era un menor, lo llevaron hasta la fraternidad en donde se hicieron cargo de llevarlo hasta el cuarto del menor. Pero otro lado en la estación de policía se hallaba el señor Harrison, Chris y las jóvenes de la fraternidad en la estación de policía.

-No entiendo porque se alteró tan de pronto-murmuro para sí el señor Harrison.

-La señora Mac me contó un día que su sobrino había sufrido un grave accidente el año pasado-informo Phyllis-Dijo que eso daño un poco el cerebro del chico, y tiene esos ataques de ira repentinos ante emociones fuertes. También me dijo que tiene pequeños problemas de memoria que hace que olvide cosas desde las más insignificantes hasta las más importantes-dio a conocer, sorprendiendo a los presentes que oían lo que decía, incluso unos que no sabían de quien hablaban se interesaba todavía más por la información-me contó que una vez el chico había olvidado quienes eran sus abuelos, y cuando esto aparecieron en su casa, él los corrió ya que, él creía que eran unos ladrones.

El señor Harrison estaba perplejo, y pronto se sintió mal consigo mismo por haberle gritado al chico por no recordar quien era su hija. Ahora lo entendía.

-Es algo trágico lo que el sucedió al pobre de Jake-suspiro pesadamente-Por suerte toma varios suplementos y pastillas para aminorar los efectos, y la señora Mac me dijo que se notaba que había mejorado un montón en su condición, se siente orgullosa de él.

Esferas rotas ᴮⁱˡˡʸ ᴸᵉⁿᶻDonde viven las historias. Descúbrelo ahora