25. Cerdito

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Su cuerpo era presionado contra la encimera de la mesa, dejándose tomar por el mayor, ya nada le importaba, solo se concentraba en el ahora. Leves jadeos escapaban de sus labios al sentir como su cuello era mordido. Pronto las prendas fueron despojadas y arrojadas a quien sabe donde, ya se preocuparía de eso después. Enrollo sus piernas en la cintura del contrario, atrayendo su cuerpo al suyo de este modo. Billy aprovecho la posición para tomar al muchachode los muslos y cargarlo hasta la sala, donde lo recuesta sobre el sofá. Quedo sumiso ante todo lo que quisiera hacerle el mayor, estaba a su disposición.

La mano del mayor se fue deslizando por su cuerpo, podia ver en sus ojos lujuria y ese salvajismo que lo volvió loco al instante. Sin esperae un segundo mas lo despoja de sus prendas, quedando estas esparcidas por toda la habitación, se saboreaal ver a tal belleza frente a él.

Eataba deseoso de probar su cuerpo, pero debía de ser paciente y prepararlo, a lo que acto seguido con cuidado abrió las piernas del muchacho, dejando a la vista aquel orificio rosa pálido, trago en seco antes de hacerlo, lamiendo sus propios dedos introdujo el primero de ellos provocando un jadeo por parte del menor. Sentía como sus paredes lo comprimián y evitaban que continuará, introdujo un segundo dedo, provocando que el chico soltará un gemido ahogado, no le importo y continuó con sus movimientos en forma de tijera, a la vez que hacia aquello, Jake no había parado de soltar jadeos ante la excitación, se sentía increíble. Un tercer dedo se introdujo, y para ese entonces de forma inconciente aquél muchacho movía sus caderas en busca de mas placer, un acto que lo hizo llegar a ese punto, momento justo en el que un fuerte jadeo se oyó mientras eyaculaba, salpicando el rostro del mayor. Billy no espero mas, tomando al chico por las caderas introdujo su endurecido miembro en su interior.

Su entrada era penetrada sin pavor por el mayor, quien empujaba sus caderas en un vaivén en la búsqueda mas placer para ambos, un jadeo sonoro se oyo por toda la casa cuando sintio que ese punto era golpeado.

- ¡Mhg, a-así, a-así, ah sigue a-así! -rogaba entre gemidos.

[...]

Un dolor, un dolor insesante en la parte baja de su cuerpo no le permitía dormir en paz, perturbando al joven en sueños, no tuvo otra que despertar. Estaba desorientado, perdido, sin saber en donde estaba, o en cuando, su cabeza no paraba de dar vueltas y los recuerdos de la noche anterior se encontraban mezclados, sin ton ni son, e inconclusos. Lo ultimo que recordaba erq que estaba cenando y luego todo se encontraba mezclado, lo unico que podía decir que recordaba bien, era que alguien apareció y luego se beso apasionadamente con ese alguien. De solo pensar en ello hacia que una sonrisa boba se dibujara en sus labios, de oreja a oreja.

Borró de inmediato esa sonrisa una vez que intento ponerse de pie, el dolor insesante en sus caderas evitaba que esa sonrisa regresaea, quedando tan solo una mueca de dolor dibujada en sus labios. Abrió los ojos como platos al darse cuenta de su clara carencia de ropa, se encontraba completqmen desnudo, sudoroso y todo pegajoso, ¿Como habia acabado tan demacrado? Era penoso su estado, y no podía evitar en pensar que de seguro se veía como una puta luego del sexo... Ese pensamiento lo hizo darse cuenta del porque estaba en ese estado tan deplorable. Tuvo sexo, eso era evidente, la pregunta aquí era, ¿Con quien? Y mucho más importante, ¿Porque era el que recibía y no el que daba? Siempee creyo que el dia que llegara a tener seco con un hombre sería el que mandará no al que someterán, ¿Y como sabía que había sido con un hombre? Dejando de lado el dolor en su entrada y el de caderas, recordemos que en sus memorias, veía como era que se besaba con un hombre, un hombre muy apuesto, como un jodido galán de revista.

En un inicio creyo que, lo que le habia sucedido había sido una violación a juzgar de las múltiples marcas de lesiones en su cuerpo, como si hubieran abusado sexualmente de él, pero digamos que de a poco iba recordando lo ocurrido la noche anterior y como disfrutaba ser sometido... Mierda. No voy a parar de decirlo, por qué así son las cosad, y Jake, no paraba de sentirse como una jodida puta por la forma en la que rogaba por más y más, como toda una zorra barata.

Se dejo caer rendido en el sillón al comprender que por mas esfuerzos que hiciera por levantarse el dolor no cesará. Tenía la mirada perdida en el techo mientras que en su mente estaba en otra, y a decir verdad, no paraba de pensar que pasará cuando las chicas lleguen y lo vean en ese estado de desnudez, no negará que le causaba gracia pensar en ello. Seamos sinceros, nadie en su sano juicio se espera que al llegar a casa te encuentres con un muchacho semidesnudo en tu sala de estar, esto empeora cuando uno se da cuenta de lo bueno que esta el pibe, desde esa mirada tan penetrante que posee, de su gran físico y de eso tan envidiable para muchos hombres. En fin, tenía tan solo dos opciones, quedarse allí hasta que alguien llegue y lo vea, o hacer el intento de subir las escaleras hasta su habitación.

-Ya fue, que me vean no sería tan malo.

Dice descartando instantáneamente la otra opción, nadie en su estado se atrevería a subir las escaleras, sabiendo que existe una gran probabilidad de que se termine cayendo a lo bruto por las mismas, en el caso de Jake no sería la primera vez que le pasa, no se a vos, ¿te a pasado alguna vez o solo a él y a mi?

-Cerdito.

Sobresalta al sentir como le murmuran al oído, no se había percatado de la presencia de... ¿Y él quien es? Sabia que era el hombre de sus sueños, pero los nombres nunca iban con él, y ni hablar de lqs fechas, en una ocasion se acordó una semana despues que había sido el cumpleaños de su madre, entregando el regalo a su madre con siete dias de retraso, bendito fuera su primo Henry por recordarlo por él.

- ¿C-Como amanecis-ciste?

Se notaba que se encontraba nervioso de aquí a la quiaca. Era extraño todo esto, se supone que debería estae asustado o algo por el estilo, rn vez de eso sentía una exttaña calidez dn su pecho, se sentía completo, como si ese hombre desconocido hubiera sido eso que faltaba en su vida, y le gustaba esa sensación de calidez en su pecho, un confort que se le hacía tan familiar y a la vez tan lejano. Y esas palabeas cargadas de dulzura y cariño sin lugar a dudas era lo que mas nesesitaba escuchar esa mañana y todas las que la siguen.

-Muy bien, y vos... ¿Billy?

Dice dudoso, temiendo que ese no fuera su nombre, pero ese miedo sin sentido se extingue al ver como sus ojos brillan encantados-I-Increíble, gr-gracias a ti-ti cerdit-to.

Esferas rotas ᴮⁱˡˡʸ ᴸᵉⁿᶻDonde viven las historias. Descúbrelo ahora