23. Besito, besito, chau, chau

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Cuando cambiaba el agua a los floreros, se sintio extraño, juraría de que había uno junto al sillon, aunque a este hecho no le tomo tanta importancia, su mente siempre le jugaba en contra.

Encendió la radio, escuchando el reporte de noticias, cada tanto surgía un nuevo reporte acerca de alguien desaparecido y tiempo después encontrarían el cadaver de la persona en el parque como sucedio con... Es preferible que no piense en lo que sucedio con ella, no debía explotar en cólera, siempre causaba destrozos cada que tenia un ataque de ira, incluso en varias ocasiones había golpeado a la gente, pero la mayoria de veces se lo tenian bien merecido. Continuo pasando la escoba y sacudiendo los muebles, su madre le habia educado para ser alguien ordenado y limpio, de aquel modo limpiando a diario la casa una bastante excesiva que sorprendía a las chicas de la fraternidad, quienes extrañadas aun asi no decian nada al respecto, dejándolo limpiar al muchacho tranquilo.

Dejando la limpieza se lado se dirigió a preparar el almuerzo, joder, ahora si sabia lo que se senria hacee le trabajo que hacia su madre, era agotador pero, el resultado lo valía. Pronto se dio cuenta de como le faltaban ingredientes, cogiendo algo de dinero junto a su abrigo se dirigio hasta la tienda de la esquina, pero aquel simple viaje en busca de comestibles de manera repentina se convirtió en uno lleno de hallazgos que no dejaban consigo nada más que dudas. Al parecer, varias personas de la zona habían estado desapareciendo, y la mayoría de estas eran personas cercanas a la fraternidad, incluida una que otra chica de esta al igual que a sus novios, eran tan extraño y eso llenaba de dudas la cabeza del muchacho, preguntándose como es que no se había dado cuenta de que la gente  a su alrededor desaparecía, era extrañamente increible toda esta situación.

De regreso a casa se cruzo con aquella peluquería con la que se habia hecho un cambio de look hacia dos años, tal vez pasaría fe regreso por alli un dia de estos h se haria un nuevo cambio en su cabello, ciertamente, el corte militar no le sentaba muy bien y no estaria nada mal el ponerse unas extensiones de cabello, o al menos hasta que le vuelva a crecer su cabellera... ¿Pero para que esperar? Decidido entró al negocio, listo para hacerse un nuevo cambio.

[...]

De las pocas veces que Jake salia al exterior siemore regresaba cambiado, sino era sus ropas  era su cabello, o su actitud que se habia vuelto mas confiada y relajada a diferencia de lo cerrado y antipático que era en un principio cuando llegó a la fraternidad. Y verlo ahora, ese muchacho de cabello oscuro ahora poseia unas extensiones de cabello rubio, pero sin importar que se notarán sus raíces oscuras", se veía fabuloso (como dicen los gays) con ese nuevo look, tenia ese mismo corte de cuando se corto el cabello por orimera vez, rasurado de una parte con varioa mechones rebeldes sobresalientes de la zona rapada. Ademas su atuendo era distinto al de hace dos años, ya no utilizaba todo el tiempo esos cardigans apestosos, ahora vestia una camisa blanca planchada y sobre etsa un chaleco color rosa pastel con el dibujo de un gatito en el, se veiq realmente adorable vestido así. Y es que los cambios a veces son buenos, y mucho más en aquel joven quien tenia esa cara de antipático, ahora era mas suave aunque seguia siendo un malhablado con graves problemas de memoria e ira, y en lo personal esos ataque repentinos de ira que poseía el chico era lo que más le gustaba de él, ese descontrol le fascinaba.

Marco los números en el teléfono, esperando atento a la vez que escuchaba el tono del pitido, sonriendo de oreja a oreja al escuchar como fue atendida la llamada, escuchando un ❝Hola❞ por parte del muchacho, respiro profundo antes de hablar, se sentia bastante nevioso siempre al hablar con Jake.

-Ooh mi b-bello cerdi-dito-dijo susurrante, deseaba tenerlo cerca, y era una agonía no estar junto a su chico. 

-Ah, eres tu-algo lo incomodo, la forma en ma que lo dijo, es como si estuviera decepcionado de que fuera él, ¿es que acaso sus llamadas ya no causaban el mismo efecto sobre el chico? -Oye me gusta hablar contogo, pero ahora mismo estoy esperando una llamada de alguien, y temo perderla si sigo hablando contigo, hablamos luego, ¿okey?

Ni siquiera le dejo responder cuando la llamada este corto y eso le enfureció, y controlado por sus impulsos e ira del momento, hizo acto de presencia, apareciendo por detras del muchacjo y antes de que este se pudiera defender lo noqueo am golpearlo con una esfera de nieve en la cabeza, cayendo inconsiente de manera instantánea. Cargando qm chico al estilo princesa oyó el telefoko sonar, dudoso de sabee de qiien esperaba la llamada, dejo ql cjico recostabdo en el sofa y atendió sl llamado, oyendo el dilce saludo amoroso que dq todq madre a su hijo, era Carla, la madre de Jake, hace riempo que no hablaba con ella.

-Cuanto ti-tiempo señora F-Foster-saludo de regreso a la mujer, en un intento de calmar su tartamudeo habitual.

- ¡¿Billy?! -exclamo con alegría la mujer-Oh, Billy hace siglos que no hablamos, ¿como has estado?

-Int-tentando sobr-brevivir-dijo sin más.

-Jajaj, siempre tan bromista tu-brano entre risas la mujer al otro lado-y por cierto, ¿en donde esta mi hijo?

-Se quedo do-dormido-confeso, no era mentira del todo-le d-diré que llamo.

-Te lo agradecería-exclamo aliviada la mujer-dile que me llama en cuánto despierte, hablamos luego Billy.

-Besito, besito, chau, chau-dijo recitando lo que alguna vez escucho en una película latina americana. Cortando la llamada, fue junto al chico quien aun permanecía inconsiente, se veia tqn tranquilo dormido, lo cargo y llevo hasta su cuarto, dejandolo caer en su cama, acostando a su lado, abrazandolo, sin importarle que este despertara o que alguien llegara y lo viese, aunque si eso sucedia él se encargaría de ello, asesinando a cualquiera que llegara a interrumpir su momento junto a su lindo y adorable cerdito; acariciando su mejilla y depositando in tenue beso en ella, le susurro al oído-Pronto, Jake... Pronto podremos estae así tu y yo, para toda la vida.

Esferas rotas ᴮⁱˡˡʸ ᴸᵉⁿᶻDonde viven las historias. Descúbrelo ahora