22. Limpiar su desastre

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Un par de días después de los sucesos anteriores, se encontró de regreso parado frente a su puerta a aquel detective que estaba al cargo del caso de los homicidios ocurridos en aquella casa, era el reemplazo director del teniente Fuller, el detective Owen Schulz, un hombre alto de origen alemán, rubio y de ojos claros como todos los alemanes, algo que no era de sorprenderse, se notaba mas cansado y acabado que la ultima vez que lo vio hace dos años, segun sabía era padre soltero de dos y de allí vendría la razon por la cual se encontraba tan demacrado. Las bolsas negras bajos sus ojos que poseían un leve color rojo, era como si se tratará de un mapache bajo el efecto de las drogas-Detective Schulz-murmuro, haciendose a un lado dejando pasar al cansado hombre, le invito una taza de cafe la cual acepto gustoso- ¿Que le trae por aqui?

-La desaparición de un joven-dijo entre bostezos-Kyle Autry, es novio de una de las chicas de la fraternidad, Kelli Presley.

-No te la más remota idea de quienes me estas hablando-hablo sin pensar, sorprendiendo al rubio frente suyo. Owen pestañeo varias veces bastante confundido, aclarando su garganta antes de volver hablar.

-Pero si ella vive aquí, ademas ella fue la que me dijo que te preguntara a tu si sabes donde esta su novio.

-Detective, bien usted sabe-explico-, de que sufro de graves problemas de memoria. Asi que veo difícil el recordar a alguien-tener que explicar lo mismo tantas veces en verdqd que era cansador, así que opto una opcion ams facil, que se inclinaba por decir simplemente que tenia problemas de memoria que el tener que explicar la razon de dichos problemas neuronales, algo que terminaba haciendo de todas formas porque las personas eran insistentes al saber la razon de sus problemas, esto era bastante cansador-y si no tiene mas preguntas, le invito otra taza de café antes de que se vaya.

-No, pero igual gracias muchacho-se disculpo, levantándose del sillón-quiero llegar a casa y pasar algo de tiempo con los pequeños Ku e Ivy antes que me gane el sueño y no pueda ni mover un músculo de la cara. Asi que este es el adiós.

Se despidió del mayor con un simple movimiento de mano, viéndolo alejarse, era una buen hombre que hacia lo posible para pasar el mayor tiempo posible con su hijo, pero como ya otros antes que él se habían enterado, que a el detective Schulz lo habian diagnosticado hace un par de meses un tumor en los pulmones, basicamente tenia los días contados, y aun asi, seguía trabajando para darles un buen futuro a sus hijos y pasar el mayor tiempo posible con ellos e intentado hacer un mundo mejor oara ellos. En verdqd, que Owen Schulz era alguien digno de admirar. Sus pensamientos fueron interrumpidos de manera abrupta, otra vez, ¿Porque la gente siemprr genia que llamar en sus momentos de paz? ¿Es que acaso no tiene nada mejor que hacer este gente o que? Pero que se le iba a hacer, debia de responder a la llamada o volverían a llamar, algo que siempre pasa en esta casa-Alo-dijo sin animo alguno, recien se levantaba y esa taza de cafe no le habia ayudado en lo mas minimo, nesesitaria de seguro tomar dos litros de cafe bien caliente, así si se despertará- ¿Quien es? -volvio a preguntar al no tener respuesta, solo escuchaba estática, teniendo que cortar la llamada. Y en 3... 2...1... El teléfono volvia a sonar, esta vez tan solo levantó la bocina sin decir palabra alguna, queria escuchar quien era el que llamaba.

-Cerdito-dijo alguien del otro lado entre leves risas-Oh mi-mi l-lindo, l-lindo cerdito. T-Te ves t-taaan li-lindo con ese p-pijama.

Sorpresa, sorpresa. Era él, otra vez, quizás en algún otro momento del día hubiera seguido su coqueteo, pero no ahora, se estaba muriendo del sueño, e imitando a la voz de las contestadoras de voz-Lo siento, pero en este momento no tengo la mas minima gana de responder tu llamado, asi que no vuelvas a llamar por lo que resta del puto día-sentencio-Gracias por su atención, chaito-cortando la llamada y dejando el telefono descolgado parq asi no recibir mas llamadas, se dejo caer rendido en el sillón, planeaba dormir hasta quien sabe cuantas horas, solo quería descansar en paz. Cayendo de a poco en los reconfortantes brazos que le ofrecía Morfeo, quedando duro como tronco en cuanto el sueño le gano al fin. Y saliendo de su escondite, con una sonrisa en labios se acercó al joven que yacia inconsistente en el mueble, estando boca abajo, aun asi se oían sus ronquidos. Se acercó al joven, manteniéndose agachado, asomando la cabeza por el cabezal del mueble, viéndolo descansar plácidamente, como le encantaría tomarlo allí mismo, pero conocía lo fuerte que era Jake, ya en veces pasadas le habia dado batalla, además de que no le apetecia recibir una golpisa por parte del joven, pero se conformaba con ese juego de llamadas que venían llevando desde hace un tiempo, aunque preferiría un millón de veces hacer cosas mas interesantes que esa, se debería de conformar con solo verle descansar.

Estiro su mano hasta tocar el rostro del joven, trasando con su mano las marcas de su cicatriz que atravesaba su rostro, se notaba que habría sido doloroso, aún así, esa cicatriz en su rostro no hacia mas que hacerlo verse más atractivo de lo que ya era, como es tipo, Al Pacino en esa pelicula, Cara cortada, en la cual tenia una cicatriz en su rostro que no hacia más que hacerlo verse más rudo y atractivo, pero nadie era mas atractivo y sexy que su chico para Billy.

Escucho la puerta de entrada abrirse sorpresivamente haciendo sobresaltar al Lenz, quien se ocultá de inmediato tras el sofá, no estaba dispuesto a ser descubierto luego de lo que sucedio la última vez en la que Jake resulto herido y a consecuencia este se alejo de él... No estaba dispuesto a pasar por lo mismo, cogiendo el jarrón se acerco a la chica que acababa de llegar, aprovechando de que estaba dada vuelta y seguro de que Jake no despertará por el albirito, rompió el jarron en la cabeza de la recien llegada, y estando ya ella inconciente la llevo arriba, al ático en donde le corto la cabeza con un hacha que habia allí. Tras aquello rapido bajo a limpiar su desastre antes de que el joven despertará, nunca mas nadie se intervendrá entre él y su chico, y si tenía ue asesinar para lograrlo, lo haría sin lugar a dudas.

Esferas rotas ᴮⁱˡˡʸ ᴸᵉⁿᶻDonde viven las historias. Descúbrelo ahora