"R&D"

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Namjoon se cernía sobre Dhay, quién jamás pensó que podría aferrarse a una espalda de nuevo y enterrar sus uñas en ella.

En la sala, en el momento en el que afirmó con la cabeza, todo se salió de su control, el menor la levantó y la llevó con él rumbo a la que parecía ser su habitación, no tuvo tiempo de detallarla, por supuesto, tenían las manos ocupadas y los ojos cerrados, Namjoon estaba decidido a mostrarle que podía darle el mejor sexo de toda su vida y también una existencia llena de amor a su lado.

Porque era importante conectar de ambas formas. Él era romántico, pero también sucio a su muy interesante manera. Dhay estaba sucumbiendo solo por un beso, no quería imaginar de ahora en adelante lo muy jodida que su mente estaría.

Ya le había arrancado los jeans de un jalón y los de él se quedaron en la sala junto a su camiseta, Dhay estaba un poco insegura respecto a exponerse, pero, también quería apagar el ardor que en ese momento los enlazaba, ella quería el cuerpo de Namjoon tanto como él parecía desear el suyo.

Así que, apartó a la razón y se sostuvo fuerte cuando se lo pidió, sintió las manos grandes y pesadas de este inmiscuirse por debajo del suéter que todavía traía puesto, recogiendo la tela hasta exponer su abdomen y parte del sostén que usaba en esa ocasión, por supuesto, no combinaba en absoluto con la parte baja, pero, de haber sabido que alguien la vería en ropa interior, tal vez se habría esforzado en elegir un conjunto decente, pero eso no parecía importarle demasiado al entrenador que cada vez bajaba más su rostro hasta encontrarse de lleno en su intimidad y se encontró desnuda de la cintura hacia abajo.

Jadeó desconcertada e intentó cerrar las piernas por instinto, Namjoon las mantuvo abiertas para continuar, su lengua ansiosa por deleitarse con el sabor de Dhay, cerró los ojos.

—Nam— musitó con dificultad, su pecho subía y bajaba de forma errática, culpa de su respiración—¿Qué...? Oh... N-Namjoon.

Nunca le habían hecho tal cosa, era totalmente nuevo y no mentiría; lo disfrutaba, era una tortura dulce que no le importaría soportar de nuevo, por lo mismo, casi se quejó cuando dejó de darle dicha atención y regresó a la altura de su rostro para seguir besándola y terminar de desnudarla en el proceso, sus manos se sintieron ansiosas, por eso fueron a parar a la cintura de Namjoon para luego bajar y encontrar el elástico del boxer, encargándose ella misma de quitarlo del camino, impaciente.

Estaba tan duro... y tan grande...

De nuevo se quedó atrapada en sus ensoñaciones, distrayendose con su propia imaginación y por ende, dejándose colocar en sus rodillas y manos. Por supuesto que a Namjoon le gustaría esa posición en específico, quería llevarse el mejor de los visuales.

—Dime si es mucho, noona.

Enterró su rostro en las almohadas cuando comenzó a entrar en ella, poco a poco, deliraba, sentía que se iba en suspiros y aunque se suponía que la almohada amortiguaba sus gritos, no se sorprendería de saber que el barrio completo la escuchó aún así. Quería movimiento, empujó hacia atrás, la pelvis de Namjoon chocando contra su trasero la hicieron temblar y casi desfallecer cuando empezó a moverse al fin, lento, por con un impacto lleno de fuerza.

—Nam...

—¿Te das cuenta?— relamió sus labios, concentrado en lo fantástica que se veía postrada allí y siendo follada por él— Del buen aguante que tienes... lo tomaste todo...

Su cuerpo estaba cansado y su voz ya no salía, en esa ocasión descubrió que Namjoon poseía más virtudes increíbles además de su musculoso cuerpo, intentó solo pensar en eso y en nada más cuando obtuvo el mejor clímax jamás experimentado.

Su cuerpo estaba cansado y su voz ya no salía, en esa ocasión descubrió que Namjoon poseía más virtudes increíbles además de su musculoso cuerpo, intentó solo pensar en eso y en nada más cuando obtuvo el mejor clímax jamás experimentado

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—Noona...

Namjoon tragó saliva, sonriendo aliviado. Cuando se despertó y no vio a Dhay a su lado, se asustó demasiado pero, ella solo había bajado a la cocina a preparar el desayuno mientras comía otro poco del pastel de anoche.

Y usaba su camiseta.

—Si lo pensé—  dijo, se giró— irme, lo pensé.

—¿Pero...?

—No pude— observó a sus manos— no quería... preferí quedarme. Y prepararte de desayunar.

Asintió, ambas manos dentro de los bolsillos del pantalón, se había medio vestido para irse a buscarla, iba a ponerse la camiseta que justo estaba usando Dhay, entonces su torso estaba descubierto.

Dio dos pasos largos y no se quedó con las ganas de darle el que sería el primer beso de buenos días, porque vaya que eran buenos, con sabor a pastel de durazno.

Dio dos pasos largos y no se quedó con las ganas de darle el que sería el primer beso de buenos días, porque vaya que eran buenos, con sabor a pastel de durazno

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NOONA❞ knjDonde viven las historias. Descúbrelo ahora