Namjoon saludó con una sacudida de mano al señor Kang quién había aceptado reunirse con él en el gimnasio, Dhay no entrenaba ese día, así que podían conversar con tranquilidad.
—Hola, Namjoon.
—Señor Kang— sonrió— lamento pedirle vernos aquí y no en mi casa, pero, noona está allí, así que...
—Entiendo que quieres hablar de algo que claramente ella no puede saber— asintió— voy a escucharte, cuéntame.
Tomó aire, eso sería largo.
—Hace algunas semanas, la madrugada después del cumpleaños de Dhay... he hablado con ella, le he dicho sobre mis sentimientos, estuvimos juntos— relamió sus labios— y me ha aceptado, así que, le he pedido que se divorcie de su actual marido y que se quede conmigo.
—No lo ha hecho.
—Es por eso que lo he citado aquí—el mayor arqueó sus cejas, colocó ambas manos sobre la mesa y asintió— noona no será capaz de dejarlo, le tiene el suficiente miedo como para no insinuar siquiera la palabra divorcio pero tal vez, si habla con usted, ella lo escucha.
—Namjoon.
—No quiero que esto siga de esta manera, señor Kang. Sé que si me entrometo, no saldrá bien, pero si no busco alguna forma, continuaré siendo el hombre que arruinó un matrimonio y la conozco, ella podría cambiar de opinión en cualquier momento y decidir no divorciarse— estaba nervioso— yo tengo todo para darle una vida feliz a Dhay, tengo un hogar, estabilidad económica, tiempo, también la amo. Le aseguro que no le va a faltar nada conmigo y por esto mismo, no lo necesita a él.
—Namjoon, yo voy a encargarme.
Se mostró sorprendido. Eso había sido fácil.
—¿Sí?
—Si un hombre en sus veinte y tantos me habla desesperado porque necesita estar con la mujer que quiere, mi hija, y el único impedimento es otro hombre que no sirve... yo voy a encargarme, porque también sé que Dhay no lo hará— se levantó, seguido de Namjoon— siempre le di toda la libertad de decisión sobre su vida y sobre a quien involucraba en ella porque su madre no es muy fanática de las costumbres familiares en este país. Pero, supongo que nunca es tarde para tomar riendas en el asunto. Te llamaré en unos días.
—Noona ¿A qué se dedicaba tu padre cuando era más joven?
Dhay se volteó a verlo, llegó de sorpresa.
—Papá estuvo en la marina, alcanzó el rango de vicealmirante— sonrió para él— es un hombre fuerte y de mucho carácter, pero entre más viejo se hizo, mi mamá ha logrado convertirlo en un esposo comprensivo, suave y devoto. Ah, también tiene un buffet de abogados, se dedicó a tantas cosas, que no puedo contarlas todas.
Se preocupó, no por él, por el esposo de Dhay.
—En la marina, entonces.
—Si, Nam. Siéntate, vamos a comer antes de que tenga que irme, fui al mercado a comprar algunas frutas pero todas estaban echadas a perder o eran muy pequeñas— blanqueó, le contó, Namjoon seguía preguntándose si existía la posibilidad de que haya cometido un error al hablar con el señor Kang— así que preparé mucha ensalada, arroz, encontré mandarinas y saben bien, así que...
—¿Y tú mamá? ¿Qué hacía tu mamá?
—Estuvo en el ejército— se preocupó más— luego trabajó en una floristería y estuvo dos años en el extranjero. No entiendo tu repentino interés pero, eso pasó.
Namjoon había visto el enojo feroz en los ojos del señor Kang, por eso, se preguntaba si debía preocuparse por la integridad física y emocional del esposo de Dhay...
—Llama a tu marido y dile que te vas a quedar con una amiga— dijo— es una orden, no una sugerencia.
—¿Por qué?
—Hazme caso, tengo un presentimiento y no creo que esté tranquilo dejándote ir. Por favor.
Ella asintió lentamente.
—Está bien, si eso quieres.