Dhay se sorprendió al abrir la puerta de su hogar y ver a Namjoon mordiéndose el pulgar, él colocó ambas manos detrás de su espalda y le sonrió, nervioso.
—Hola, noona.
—Nam— sonrió— ¿A qué dejó tu visita?
Le dejó pasar, como todos los días, estaba sola, su esposo estaba supuestamente trabajando y al no tener nada que hacer, se dedicó a relajarse.
Namjoon le miró de pies a cabeza.
—La verdad, pensé que no estarías en casa.
—¿Y por qué no? Siempre estoy aquí.
—Es tu cumpleaños—amplió la mirada— es hoy ¿no? no creo haberme equivocado.
Ella observó al calendario colgando detrás de Namjoon y suspiró, ni siquiera ella se había percatado de la fecha, eso explicaría las llamadas perdidas de sus padres en el teléfono mientras estaba dormida. Asintió.
—Si es hoy, no lo recordé.
—Ya, no puedes olvidar tu propio cumpleaños— dijo, ella se encogió de hombros y sonrió apenada— yo lo ví en tus datos en el gimnasio y lo anoté, soy... tiendo a olvidar las fechas.
—Eres un amor, gracias por recordarlo— acarició su brazo luego de un apretón— no tenías qué, pero lo aprecio.
Namjoon limpió sus manos en sus pantalones, manteniendo su sonrisa, esa actitud tímida era nueva en él, siempre era tan atrevido, en la buena manera y ahora... todo lo contrario.
—Si no tienes nada que hacer— se aclaró la garganta— déjame invitarte a salir y celebramos tu cumpleaños.
—¿Salir?— sonrió un poco, admitía que ese ofrecimiento la emocionó— ¿A dónde iríamos?
—Puedes elegir tú, lo que quieras está perfecto.
Se quedó pensando, un lugar al que le gustaría ir... eso era fácil, pero no sabía si a Namjoon le agradaría tanto como a ella.
—Hay una feria...
—¿La de Disney?— asintió— ¿Quieres ir? Podemos hacerlo, es el último día.
—¿Sí? ¿Está bien para tí?
—Por supuesto.
—Iré a prepararme, no tardo, siéntate dónde quieras.
Casi saltaba de la felicidad, esa feria le causaba mucha ilusión porque era como una imitación del disneyworld, ella siempre había querido conocer dicho lugar, los personajes y todo lo que implicaba la comida que todos los niños decían, era deliciosa.
Al menos solo caminar por ahí.
Cuando se enteró de la feria, realmente deseó ir, pero, su esposo no aceptó, alegando que eran cosas para niños y que ella nada tenía que hacer allá. Eso la molestó un poco, pero terminó dándole la razón.
Mientras, Namjoon soltaba todo el aire que contuvo, aliviado, por alguna razón, temía que Dhay lo rechazara, menos mal todo salía bien, hasta el momento. Tal vez era porque él realmente la quería y se estaba arriesgando demasiado, él, coqueteando con Dhay, era algo que podía terminar muy bien o jodidamente mal.
No había ninguna mujer como ella, Namjoon quería que Dhay lo dejase quererla en todas las formas posibles
Volvió a aparecer, él se levantó, Dhay muy sonriente, usando jeans claros, un suéter rosa y zapatillas del mismo color. Por supuesto, abrigo en mano y un pequeño bolso.
Linda, demasiado linda.
—¿Vamos?— asintió, caminando detrás suyo— Dios, parezco una nena de cinco años, lo siento.
—No tienes que disculparte.
—Realmente quería ir, pero no sola— entrelazó sus propias manos a la altura de su pecho— intentaré divertirme, esto no ocurre muy seguido.
Él había traído el auto de su hermana otra vez, hacía frío y sabía que Dhay se sentiría más cómoda en auto. La vio contestar, parecía ser su madre y cuando abrió la puerta del auto para ella, se deleitó con su risa.
—Cinturón.
—Sí— subió al lado del conductor— oh, un amigo ha venido a felicitarme y vamos a salir. Mm. Está trabajando, voy con un amigo, ya te dije, Namjoon, Kim Namjoon.— rió — Sí, él va a llevarme a la feria... ¿Oh? claro que sí, probablemente nos encontremos. Le diré.
Colgó, se quedó viéndolo.
—¿Qué ocurre?
—Papá llevará a mamá a la feria— lo dijo con tono de asombro— tal vez los encontremos allí, espero que no te moleste.
Negó, de hecho podía... intentar, conversar con ellos.
—Será bueno conocer a tus padres y cenar todos.
—¿De verdad no te molesta?
—Son tus padres, dijiste que eran buenos, si son tan encantadores como su hija... me gustará.
La emoción de Dhay se podía ver a kilómetros.