Seis semanas
El señor Kang se había reunido tantas veces con Namjoon, que Dhay comenzaba a creer que el menor era más cercano a él, que a ella. No estaba preocupada por el tema del divorcio, al fin y al cabo, Honggi no era quien decidía sobre eso, no tenía el poder como él creía.
—Estoy aquí, noona.
Cómo era de esperarse, se mudó con Namjoon, no tuvo que insistirle mucho porque era lo ideal, si iban a tener un hijo, debían estar juntos, así se hacían las cosas.
—¿Qué tal tu cita con mi papá?
Lo escuchó reírse detrás suyo, tomó su cintura y le hizo girar para encararlo, aceptó el beso cariñoso en su frente con una suave sonrisa.
—Creo que le he tomado cariño al golf, es divertido— se fue hasta la sala para sentarse, lo siguió— y tu papá es buen conversador.
—¿De qué tanto hablaron esta vez?
—No te va a gustar.
—¿Por qué no? Solo dime.
—De nuestra boda.
—Oh...
Hizo una mueca, señalandola.
—Ahí está, has puesto esa expresión de nuevo.
—¿Cuál expresión?
—La que pones cada vez que se toca el tema que involucra un compromiso conmigo, esa expresión— suspiró— de disgusto.
—No es disgusto, es simplemente que, están haciendo todo muy rápido, no estoy siquiera divorciada aún.
—Lo estarás para la próxima semana, todo está hecho— se colocó de pie— al menos ahora sabes que tienes hasta la próxima semana para seguir pensando en si quieres estar conmigo o no.
—Namjoon. Yo no dudo de esto.
—Si lo haces, todo el tiempo estás dudando, tratas de evadir el tema— tomó su izquierda— y mira, no te has quitado el anillo.
Observó la joya en su dedo, ni siquiera había caído en cuenta de eso, así que se lo quitó y lo puso sobre la mesa de centro.
—Es un hábito, no lo recordé— se pasó las manos por el rostro— no dudo, te prometo que no lo hago, lo único que siento es preocupación por tí.
Volvió a sentarse.
—Muy bien, ahora dime por qué tendrías que preocuparte por mí.
—¿No te causa vergüenza? Pensar en lo que tus amistades van a decir sobre nosotros, tu hermana...
—Ella ya lo sabe.
—Y no estuvo muy feliz con la noticia.
Suspiró.
—No me importa si ella es feliz o no, yo soy feliz, que es lo importante. Y respecto a mis amigos, tengo como dos amigos, les diré esta noche, cuando salga del trabajo, iré a verlos y los conozco lo suficientemente bien como para saber que se van a alegrar por mí.
Dhay no quería seguir sintiendo que estaba arrebatándole años a Namjoon, años que podrían ser mucho mejores para él. Quería estar a su lado pero ese hecho no dejaba de carcomerle la cabeza.
—Está bien, solo no vuelvas a decir eso.
—Lo prometo, perdóname. Es solo que, pensar en ti dudando, me hace sentir mal.— hizo una seña con el mentón hacia el anillo— Puedes ir a un lugar empeño y sacarle algo de provecho.
Bufó, negando.
—No vale nada, si lo vendiera, nos ha de alcanzar para un almuerzo.
—Para las banderillas de los puestos callejeros.
—Oh... suena rico.
Se tocó el estómago, tenía ocho semanas, no se notaba mucho, si se levantaba la blusa o usaba alguna ajustada, sí podías ver una barriguita, pero nada escandaloso. Namjoon sonrió viéndola y luego volvió a reír.
—Te acabo de crear un antojo ¿Verdad?
—Si— puchereó— ¿Me llevas?
No esperó a que respondiera, solo se levantó y salió en búsqueda de su abrigo, él no se había quitado el suyo, así que solo la esperó, podían pedir a domicilio, pero sabía que lo que Dhay quería era salir y caminar mientras comía chucherías.