Después de meticulosamente arreglar cada prenda de su ropa y la de Harry, Louis salió del baño con elegancia, sosteniendo la mano del chico con ternura mientras lo conducía hacia la salida del lugar.
Antes de partir, se acercó discretamente a Liam, su rostro adornado con una sonrisa traviesa, y susurró unas palabras en su oído, informándole que debía marcharse. Liam no pudo contener una risa juguetona al recibir el mensaje, pues recordó haber intentado visitar el baño unos momentos antes y haber escuchado algunos sonidos curiosos que provenían del interior del local.
Una vez fuera, Louis y Harry se adentraron en las calles nocturnas de Leeds, donde la oscuridad de la noche se mezclaba con el frío penetrante del invierno. El rizado se mantuvo pegado al cuerpo de Louis, buscando calidez y protección en su abrazo reconfortante.
A corta distancia, divisaron a su chófer, quien se encontraba de pie junto a su automóvil estacionado, deleitándose con una bocanada de humo proveniente de un cigarrillo. Era una escena pintoresca, donde la neblina del frío se mezclaba con el halo dorado de las luces de la ciudad.
La oscuridad de la noche apenas se disipaba por la cálida luz de las farolas cuando el joven de apenas veinticuatro años se acercó al imponente señor hombre, cuya figura destacaba entre la penumbra.
Con paso seguro pero respetuoso, el joven inclinó ligeramente la cabeza en un gesto de cortesía. —Buenas noches, señor Tomlinson— pronunció con voz firme, aunque en su interior sentía una sutil sorpresa al descubrir al joven que se aferraba al brazo de su jefe.
A pesar de haber compartido numerosas jornadas laborales con el señor Tomlinson, nunca antes había presenciado una escena similar. Trató de ocultar su asombro bajo una máscara de profesionalismo, pero su mente bullía con preguntas. ¿Quién era ese joven? Esa incógnita bailaban en su mente mientras se esforzaba por mantener la compostura ante la inusual escena que se presentaba ante sus ojos.
—Buenas noches, Andrew— pronunció con una voz serena, correspondiendo el saludo. —Voy a necesitar mi auto hasta mañana por la tarde. ¿Te gustaría que te proporcionara dinero para ir a casa, o tal vez prefieras quedarte en un hotel cercano e irnos mañana— expresó, apretando con delicadeza la delgada figura de Harry contra la suya en un gesto de cercanía.
—Lo del hotel estaría bien, señor Tomlinson— dijo el hombre, aceptando la primera opción.
—De acuerdo— asintió, metió la mano a su pantalón y sacó su billetera, tendiéndole unos billetes a su chófer. —Ahí también va algo por si mañana quieres salir a desayunar por tu cuenta.
—Gracias, señor Louis. Que tenga buena noche— tomó el dinero, metiéndolo en su pantalón. Le dió las llaves del auto al ojiazul y comenzó a alejarse del lugar después de haberse despedido.
Con la sonrisa aún dibujada en su rostro, sabía que esta sería una noche memorable. Desde el momento en que posó sus ojos en aquel angelical joven de ojos verdes sobre el escenario, su corazón latía con una emoción que no había experimentado en mucho tiempo. Era como si el universo conspirara para regalarle un momento de pura felicidad, una luz brillante en medio de la oscuridad.
Con manos firmes, desactivó la alarma de su auto y se apresuró a abrir la puerta, invitando al joven rizado a resguardarse del frío de la noche. Observó con una mezcla de ternura y ansiedad cómo el chico se acercaba, sus ojos brillando con una chispa de diversión mientras se apresuraba a alcanzar el vehículo. Con un gesto rápido, se deslizó por el otro lado y se instaló junto al conductor, su presencia llenando el espacio con una calidez reconfortante.
Con la mente llena de posibilidades, el hombre buscaba desesperadamente alguna idea para aprovechar al máximo el tiempo junto al dulce chico a su lado.
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Be My Daddy [L.S] [Completa] [Edición incompleta]
RandomEn su búsqueda por escapar de la monotonía que caracteriza su vida como exitoso empresario británico, Louis decide aventurarse en una noche fuera de lo común en un bar en las afueras de Londres, acompañado de un amigo. Lo que no espera es encontrars...