Capitulo 1

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En el crepúsculo de un viernes, cuando la noche comenzaba a extender lentamente su manto sobre la gran ciudad de Londres, Louis permanecía inmerso en la quietud de su oficina. Sentado con elegancia en su silla de escritorio, se entregaba a las tareas que requerían su atención. La luz tenue de la lámpara sobre su mesa proyectaba una sombra suave sobre sus papeles, mientras sus dedos ágiles bailaban sobre el teclado de la computadora, firmando contratos con una precisión meticulosa y enviando correos electrónicos estratégicos a sus socios. El sonido rítmico de las teclas presionadas era como una sinfonía familiar que llenaba el espacio, acompañando su concentración con una melodía tranquila y constante.

Louis, con sus ojos azules fijos en la pantalla brillante, había aprendido a encontrar paz en el ritual diario de su trabajo. Cada mensaje enviado, cada detalle revisado, representaba un paso más en la construcción de su imperio empresarial. La calma en su semblante contrastaba con la intensidad de sus responsabilidades, demostrando una determinación profunda en cada gesto.

Mientras la noche avanzaba y la ciudad se sumía en el silencio, Louis se convertía en el eje central de su pequeño universo laboral, resolviendo conflictos, anticipando desafíos y guiando a su equipo con mano firme y comprensión. En la penumbra de su oficina, la luz de la pantalla iluminaba su rostro con una serenidad imperturbable, revelando la pasión y el compromiso que lo impulsaban a seguir adelante, un día tras otro, en la búsqueda constante de la excelencia y el éxito.

El castaño, inmerso en la monotonía de su rutina diaria, encontraba consuelo en la pasión por su trabajo, aunque este consumía la mayor parte de su tiempo. Entre reuniones interminables, firmas de contratos y otras responsabilidades empresariales, apenas le quedaba un instante para sí mismo, para su familia o para sus amigos. Esta falta de tiempo personal era la razón por la que se había cerrado por completo a la idea de tener una pareja, prefiriendo sumergirse en la vorágine de su oficina antes que compartir su vida con otra persona.

Las largas horas en la oficina se habían convertido en su hábitat natural, un refugio donde podía enfocarse en hacer crecer su compañía y cumplir con sus ambiciones empresariales sin distracciones externas. Aunque a veces anhelaba la compañía y el apoyo de una pareja, comprendía que en ese momento, su verdadera pasión yace en el mundo de los negocios, donde se sentía vivo y plenamente realizado.

Louis había aprendido que esta era la mejor manera de mantener su enfoque y dedicación a sus metas profesionales. Recordaba con cariño una relación pasada, un joven llamado Connor que había conocido durante sus años universitarios. Connor había sido un pilar de apoyo desde los inicios de su empresa, brindándole aliento y albergando una fe inquebrantable en sus sueños y objetivos.

Todo iba de maravilla entre ellos, incluso podría decirse que eran como la relación perfecta, pero todo aquello cambió de la noche a la mañana, Connor comenzó a cambiar en su actitud con él, trataba de ignorarlo constantemente y siempre trataba de comenzar una discusión en las que le echaba en cara todo el tiempo que pasaba en su trabajo, habían continuado así por un largo tiempo, Louis ingenuamente había creído que se le pasaría todo aquello y que regresarían a ser la pareja de siempre, pero todo se fue a la mierda cuando descubrió a su novio siéndole infiel.

Connor lo había engañado como si su relación no valiera nada, el chico que amaba lo había engañado con uno de los que sería su socio en su empresa, dándole la barata y cínica excusa de que el otro hombre tenía más cosas que ofrecerle.

Louis se había decepcionado cuando iba llegando a su oficina y escuchó la voz de su en aquel entonces novio diciéndole al tipo con el que iba a firmar un contrato que parara de tocarlo porque en cualquier momento él podría llegar y descubrirlos, después de eso todo encajó en su cabeza, el porqué de que su novio insistía en ir a sus juntas y porqué su socio alargaba más la firma de los contratos, Louis sonrió de lado con el mal chiste en su cabeza, de que, después de todo aquel hombre, sí había sido su socio.

Be My Daddy  [L.S] [Completa] [Edición incompleta]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora