Capitulo 38

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Era un domingo por la tarde y Louis se encontraba junto a Harry en la habitación de éste. Habían pasado todo el día juntos y ahora estaban recostados sobre la mullida cama. Totalmente relajados, dándose uno que otro mimo.

—Mañana habrá una fiesta, ¿Quieres ir conmigo?— preguntó Louis, mientras acariciaba el cabello de Harry. —Es organizada por los trabajadores de mi empresa, es algo que tienen todos los años y aunque antes no asistía a ninguna fiesta, está siempre ha sido la excepción y me gustaría que fueras conmigo— explicó, sus dedos perdiéndose entre las espesas hebras del cabello rizado.

—¿Mañana?— Louis asintió, esperando una respuesta. —No te lo había dicho pero papá quiere que vayamos mañana a visitar a los abuelos, solemos hacerlo todas las vacaciones así que creo que no podré ir, lo siento— se disculpó, un mohín se instaló en sus labios.

—No te disculpes mi sol, claro que me hubiera gustado que asistieras pero no hay ningún problema si no puedes— con la yema de sus dedos acarició sus mejillas. —¿Cuánto tiempo irás? Cuando regreses podemos salir, ¿Que te parece? Podemos ir a la playa South Bay y estar unos días en el hotel. Si quieres podemos llevar a tus padres, a mi madre y hermanas.

—¿De verdad?— Louis asintió con una sonrisa. —Casi siempre solo vamos tres días y respondiendo a lo otro, quiero que vayan nuestros padres y quiero ver a tus hermanas. Oh, ¿Y puede ir Niall?— dijo con emoción.

—Puede, cariño. Haremos lo que tú quieras— aceptó, una vez más cumpliendo las peticiones de su dulce sol.

—Ya que lo dices, ¿Podemos pasar la noche juntos? Hay que ver películas y hay que comprar sopas instantáneas, frituras y un poco de helado— pidió alegremente, mostrándole su lengua a Louis cuando éste hizo una mueca por los alimentos que mencionó.

—De acuerdo, pero que no sean películas de terror porque luego no puedes dormir.

Harry frunció su entrecejo e hizo una mueca. —Eso es mentira— se quejó.

—Me hiciste encender las luces porque veías una sombra y tuve que comprarte una luz para dormir.

—Se ven lindas— infló sus mejillas. —Proyecta estrellitas de colores en el techo.

—Son lindas, sí— asintió con una sonrisa. —Pero si quieres que encontremos el supermercado abierto ya deberíamos irnos. Por cierto, ¿A qué hora se van mañana? Para saber cuánto tiempo tenemos y venir a dejarte.

—Mmm— mordió una de sus uñas, pensativo. —Nos iremos después del desayuno, cómo a las diez, creo— se encogió de hombros.

—Hay que darnos prisa entonces. Llamaré a Jyll para que nos haga algunas palomitas en lo que compramos lo demás— dijo, comenzando a levantarse de la cama, siendo seguido por Harry.

—De acuerdo, le diré a mamá que pasaré la noche contigo— avisó, antes de salir corriendo de la habitación con una sonrisa.

[...]

—¿De fresa o vainilla?— preguntó Louis, mostrándole al ojiverde los dos botes de helado.

—De nueces, me gustan esos dos pero quiero algo nuevo— se encogió de hombros, señalando el bote que se veía a través del cristal del refrigerador.

Louis dejó en su lugar los botes que traía en sus manos, sacó el que Harry le había indicado y lo metió al carrito del supermercado, dónde ya iban la mayoría de los antojos de Harry y algunas cosas esenciales para la cocina que Jyll había pedido.

Cuando tuvieron todo lo que necesitaban, se dirigieron por fin al apartamento del mayor, haciéndose solo unos 15 minutos de camino. Subieron todas las cosas que compraron y Harry decidió ayudar a Jyll con los alimentos en lo que Louis revisaba algunos documentos importantes de la empresa.

Be My Daddy  [L.S] [Completa] [Edición incompleta]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora