Be My Daddy [L.S] [Completa] [Edición incompleta]

Capitulo 3

—¿Cómo acepté venir a este lugar?— se quejó el hombre de orbes añiles dando un largo suspiro de resignación.

—Soy muy bueno convenciendo a las personas, no por nada decidí meterme a esto de los negocios— se pavoneó el otro hombre.

El castaño, con una expresión de diversión en su rostro, simplemente rodó los ojos y negó con la cabeza ante la respuesta de su amigo. No podía evitar sonreír ante la veracidad de sus palabras. Sin duda alguna, Liam era el verdadero maestro en el arte de persuadir a los compradores, convenciéndolos de manera impecable de que su empresa era la mejor opción para todos sus proyectos.

Una vez dentro del animado bar, donde se llevaría a cabo la celebración del cumpleaños de Lena, la secretaria de Liam, ambos amigos se encontraron en un dilema. Debían decidir si buscar a Lena o a alguien más de su trabajo para unirse a la fiesta. Se detuvieron un momento para observar el lugar en busca de alguna pista que les indicara la ubicación de su amiga.

Los ruidos de la música y las risas llenaban el ambiente, creando una atmósfera festiva y alegre. El lugar estaba repleto de personas, cada una inmersa en su propia conversación y disfrutando de la compañía de amigos y colegas. El castaño y Liam intercambiaron miradas cómplices, sabiendo que encontrar a Lena en medio de la multitud sería todo un reto.

—¿Si quiera sabes dónde está Lena?— preguntó Louis buscando con su mirada a una rubia de estatura promedio, pero todo era un tremendo fiasco, habían varias rubias en el lugar, sería difícil poder encontrar a la que estaba buscando. 

Ambos hombres estuvieron buscándola por un largo tiempo en el que Louis ya se había frustrado al no poder encontrarla entre todo aquel montón de personas, ni si quiera se estaba divertido en lo absoluto y se estaba replanteando en regresar a su casa con una barata excusa, ya después felicitaría a la mujer.

—Debe estar por ahí, te apuesto a que está con Taylor, ese par de rubias son muy amigas. La llamaré para comprobarlo, espero y escuche el teléfono— el ojimiel sacó su celular y comenzó a llamar a Taylor lo más rápido que pudo.

Ya hace rato que había notado el ceño fruncido de su amigo y sabía que en cualquier momento éste se marcharía, no debía permitir que eso sucediera.

—De acuerdo. Taylor suele estar muy pendiente de su celular cuando sale de fiesta, así que espero y conteste porque ya me aburrí de estar aquí y si quieres que me quede, necesito algo de alcohol— se quejó como enésima vez en lo que llevaba de la noche.

Taylor era una mujer de una belleza deslumbrante que no pasaba desapercibida. Su cabello corto y ondulado, de un tono rubio radiante, enmarcaba su rostro con elegancia. Sus ojos azules, brillantes como el cielo en un día despejado, eran cautivadores y llenos de misterio. Con una estatura imponente y una figura esbelta, Taylor tenía curvas en todos los lugares adecuados, lo que la hacía irresistible ante las miradas de admiración.

La relación entre Taylor, Louis y Liam era sólida y duradera. Aunque era amiga cercana de ambos hombres, su vínculo con Louis era especial. Se conocieron en la universidad y desde entonces, la rubia había sido su apoyo incondicional en todos los aspectos de su vida. Juntos, habían fundado una exitosa compañía en la que Taylor se había convertido en una pieza fundamental. Su lealtad y dedicación eran incomparables.

Para suerte de ambos, en especial la de Louis, la ojiazul contestó la llamada y les dijo que estaban al otro extremo del bar en la barra tomando diferentes tipos de tragos que ofrecía el sitio, y a juzgar por el tono de voz de la mujer, se podía notar que el alcohol ya le estaba haciendo efecto.

Louis y Liam se dirigieron rápidamente hacia el lugar que Taylor les había indicado. Al llegar, se encontraron con dos mujeres que parecían un tanto desaliñadas debido a la cantidad de bebidas y bailes que habían disfrutado. No fue una sorpresa para Louis ver el estado en el que se encontraba Taylor, ya que durante sus años universitarios solían salir de fiesta juntos con frecuencia, y ella siempre se esforzaba por vivir cada momento al máximo.