"Lo siento" escribe.
"Estos días he estado muy ocupado, y me he sentido con ansiedad, y lo siento mucho" vuelve a escribir.
"No me voy a despedir de ti, tranquila. A menos de que me tenga que dormir... ¿Qué quieres decir con esa canción?" Se refiere a Pangea y yo me disuelvo en mi cama.
Respiro y escribo:
"Pensé que no me ibas a hablar más"
"¿Por qué ansiedad? ¿Cómo te sientes? ¿Estás mejor?" Pregunto..., pregunto mucho.
"Sí, estoy bien..." responde.
Nos centramos en él por qué de su desaparición por 8 días, fue porque hay veces que deja los mensajes olvidados, no se la compro, pero se la dejo pasar de alguna forma..., a mí me pasa bastante; ignoramos su pregunta sobre la canción, no quiero responder a eso, sería algo precipitado decir que esta distancia me mata, el no poder tocarlo y solo imaginarlo me vuelve loca y solo desearía poder sentirlo con mis propias manos; este anhelo me envuelve cada noche y me aprisiona en mis pensamientos, no quiero conocer a otros cuando Nathan está por ahí caminando sobre la faz de la tierra sin haberme conocido de frente; esto es cruel.
Muy cruel.
Termino de hablar con él, pues él debe ir a dormir, e inmediatamente recibo un mensaje de mi amigo Isaac.
Isaac es la primera amistad que hice en Santiago, trabajabamos en un bar sirviendo mesas, él era más como un supervisor aunque no lo fuera oficialmente, fue Isaac quién me explicó con mucha paciencia lo que debía hacer.
Es muy dulce y a la vez muy directo, dice cosas sin filtro en momentos indicados.
"Adivina quién se va a casar"
¿QUÉ? ¿¡OTRA PERSONA IMPORTANTE EN MI VIDA QUE SE CASA!?
Al otro día voy a su apartamento, Isaac está feliz, me encanta que esté feliz, camina por la sala dejando rastro de emoción evidente, no deja de hablar de colores pastel, flores, lugares, se sienta y anota concentrado algunas ideas que tiene, yo solo sonrío, mi amigo está experimentando uno de los más asombrosos sentimientos, una ilusión interesante y compartida con el amor, es peligrosamente precioso.
-Silvia, acabo de llamar a dos tiendas de vestidos, ¿el viernes puedes acompañarme?
-Sí... ¿Para qué? -pregunto.
-Vas a ser mi madrina de bodas, duuuh.
-¿¡QUÉ!? -exclamé con gran fervor, no me lo esperaba.
-¿A quién más se lo iba a pedir?
-¡Te amo! -le grité, rodeé la mesa y lo abracé, le di un besote en la cabeza y él reía sosteniéndome. -¡Gracias!
-Gracias a ti, negra.
-¿Significa que debo organizar la despedida de soltero? -pregunté emocionada y él asintió. -¡Sí! Tengo muchas ideas. Puedo ordenar tulas y...
-¿Qué son esas?
-¡Son los waffles en forma de pene! Una vez fui a comer con Alejandro, estaban divinos esos waffles...
-¿Los waffles o la forma del waffle?
-¡Ay! ¡Isaac!
-¿Qué? ¡Tú comenzaste!
Me quedé un rato más hablando con él de la boda, hasta que oscureció un poco y me tuve que ir ¡Mi amigo se va a casar!
Voy a ser tía, mi amigo se va a casar, una de mis mejores amigas se va a casar, mi mamá se va a casar, Nathan me ha vuelto a hablar ¡Universo, por favor no pares de sorprenderme!
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Un océano entre nosotros
RomanceSilvia y Nathan tratan de que su vínculo especial no se hunda en el océano y logre sobrevivir a la distancia.