Le doy un mordisco al pene de chocolate, sabe muy bien, el chocolate se derrite en mi boca y tengo un orgasmo por el sabor de este waffle. He estado estas semanas organizando la despedida de soltero de Isaac y todo lo que han visto mis ojos para poder realizar esta fiesta, han sido puros lentes en forma de penes, globos de penes, waffles de penes, galletas de penes, una torta de pene..., estos días he visto más penes que una prostituta.
—Amiga, estas tulas están deliciosas. —dice Isaac.
—Lo sé, no recordaba que fuesen tan ricas.
—Muchas gracias por la fiesta, Silvia, en serio, me encanta.
—De nada, cualquier cosa por ti. —lo abrazo muy fuerte y cuando nos separamos me llega un mensaje de Nathan, sonrío, Isaac se me queda viendo.
—¿Estás bien? —me pregunta.
—Eh..., sí ¿Por qué preguntas?
—Es que estos días he sentido que no estás bien.
—Oh... ¿Qué sientes que tengo?
Isaac es muy intuitivo emocionalmente, sabe cuándo cambia el aura de las personas, es muy bueno leyendo el estado de ánimo, pero no se ha metido a leer el futuro con cartas o con las manos, solo lo siente.
—Te siento algo desconcentrada y...gris.
—¿Por qué no azul? El azul es el color de la tristeza...
—El azul es el color de la melancolía y esta es el producto de un duelo, de la pérdida de algo..., pero tú no has perdido nada..., solo estás vacía y eso es lo que el gris significa.
Inspiro hondo y termino de comer mi tula, tiene mucha razón. Él y yo no hablamos todos los días, nos vemos "cada 6 meses" como diría él..., además no le he dicho nada de el alemán, creo que es hora de decirle.
—Estoy enamorada.
—¿Y de quién? —ladea la cabeza.
—Se llama Nathan, es alemán, vive en Alemania.
—Verciale.
—Sí...
—¿Desde cuándo están hablando?
—Llevamos hablando...., poco menos de 4 meses, pero ya quiero conocerlo por eso es que estoy "gris" —hago comillas con mis dedos.
—¿Y no quiere venir?
—Le gustaría cruzar el océano por mí —sonrío. —, pero no lo hace por la pandemia. Justo cuando consigo al hombre perfecto para mí, resulta que vive en otro continente y en medio de una pandemia, además de una guerra. A veces creo que el amor romántico no fue hecho para mí...
—No digas, eso Silvia.
Mi celular sonó, lo veo es Duque, seguro no encuentra el edificio.
—Isaac, dame un momento, Duque me está llamando.
Atiendo a Duque, estaba perdido pero le indiqué mejor la dirección, me dijo que llegaría en 10 minutos.
—¿Quieres que te diga qué quiere Nathan de ti? —me pregunta Isaac.
—¿Puedes hacer eso?
—Sí. Por supuesto.
—Bueno.
—¿Con cuánta frecuencia hablan?
—Todos los días, todo el día.
—Dime qué sabes de él.
—Bueno..., él es administrador, tiene 26 años, le gusta jugar videojuegos, sabe jugar póker, juega muy bien al fútbol, cuando está en el gimnasio pone música metal para concentrarse, le gusta cocinar, vive solo, tiene una hermana y un sobrino, a su mamá le gusta ABBA igual que a mí, ha viajado mucho..., le gusta aprender idiomas, le gusta aprender culturas, sabe mucho de game of Thrones..., pero no le gusta ver largometrajes, no le gusta el salmón, es muy inteligente, antes era gordo y comenzó a cuidarse, ahora tiene un buen cuerpo...,tiene red flags: tuvo una cita con una tipa aún hablando conmigo; le gusta el sexo duro con golpes y todo; a veces me habla de su ex...
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Un océano entre nosotros
RomanceSilvia y Nathan tratan de que su vínculo especial no se hunda en el océano y logre sobrevivir a la distancia.