"Me gustaría besarte, quiero besarte" le escribo en un arrebato de melancolía.
"Yo también te quiero besar ¿Qué tanto quieres besarme?"
"Quiero besarte…, antes de morir" he ido muy lejos lo sé, pero deseo besarlo y este deseo me gana.
"No vas a morir"
"No ahora, pero algún día. Y tú también. Pero no me pienso ir de este mundo antes de poder besarte aunque sea una vez"
"Valar Morghulis" cita una frase de Game of Thrones que significa ‘Todos los hombres deben morir’ y yo río.
"Lo haces difícil"
"¿El qué?"
"El estar lejos y no poder darte un beso"
"Ya veremos que tiene el futuro para nosotros"
"Me gustaría que vinieras para poder hacer realidad el sueño" insinúo. Él no quiere venir, teme contagiarse de COVID-19 mientras viaja.
"Lo veo muy lejano, te había dicho que no viajé por la pandemia"
Me entristece el hecho que la persona con la misma neurona que yo no pueda abrazarme y besarme.
"Tranquila, algún día nos besaremos, por ahora nos veremos entre sueños."
Nos veremos entre sueños…, me salió poeta el muchacho.
"Qué lindo. Nos veremos entre sueños, entonces."
"Buenas noches, Silvia."
"Buenas noches, Nathan."
"Esta vez, sueña con Tom Hiddleston, su novia y yo, dándote placer."
Me envía una luna con ojos picaros y yo me emociono, con solo esas palabras siento un fuego nacer en mi vientre, me río en silencio y le escribo que lo intentaré. Desde el principio le comenté que Tom Hiddleston, el actor británico que hace de Loki en el Universo Cinematográfico de Marvel, es el único amor platónico que no me ha fallado.
Cerré los ojos e intenté imaginar un escenario casual entre los 4, pero…, era mucha gente para acomodar en un espacio. No pude soñarlo.
Desperté con un buenos días de parte de Nathan, preguntándome si soñé aquello. Le di los buenos días, y le dije que no pude, que era mucha gente.
"Pues, yo si pude soñar algo un poco atrevido contigo"
Me envía una luna amarilla, esa que tiene una mirada rara. Y yo le envío la luna negra con una mirada extraña.
"¿Qué soñaste?" pregunto con curiosidad.
"Soñé algo impropio"
"Dime pues" le escribo.
"Mmmm, qué demandante"
"Lo soy"
"Golosa"
"No sabes cuanto" le envío una lunita negra. No sé por dónde me estoy metiendo, pero quiero saber qué soñó.
"Me encanta que te estés soltando" escribió y sonreí complacida.
"Ya llevamos tiempo escribiéndonos, era tiempo"
"Seguro. Bueno, mi sueño comienza en mi sofá, estamos viendo una serie o película. Yo estoy sentado y tú acostada, reposando tu cabeza sobre mi pierna, mientras tanto te daba pequeñas caricias en tu cintura y caderas, y de vez en cuando llevaba mi mano hacia tu trasero, parecía no molestarte, así que mi mano se quedó sobre trasero dando pequeñas caricias, y palmaditas, hasta que te cansaste de ver lo que estábamos viendo, por lo que apagué el televisor y nos acostamos modo cucharita en el sofá, iba acariciando tu brazo y dándote besos en tu hombro. Me tentabas, chocando tu trasero contra mi entrepierna en algunos momentos y yo me estaba poniendo duro, tu lo notaste y reíste. Te giraste para besarme y nos besamos por un largo rato, sin embargo, seguías empujando contra mi miembro, aproveché de moverte y sentarte encima de mí, te ibas quitando el suéter y yo apretando tu trasero… ¿Sigues ahí?"
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Un océano entre nosotros
Roman d'amourSilvia y Nathan tratan de que su vínculo especial no se hunda en el océano y logre sobrevivir a la distancia.