Descansé mi erección entremedio de sus labios y lo froté despacio.
—Si vamos a pecar, entonces hagámoslo bien y hasta las últimas consecuencias.
Me miró por arriba del hombro agitada y esbozó una sonrisa.
—Has sido un perrito malo. No se muerde la mano de quien te da de comer. Me temo que el castigo no fue suficiente, por eso vienes por más, pero ya tendrás tu parte.
—En esta posición fácilmente puedo arruinar esa estúpido y ridículo comentario de que no podré tenerte, pero prefiero hacerte rogar y esperar a que tú misma lo pidas.
—Buena suerte con eso.
—¿Sabes? también tengo con qué darte azotes — dejé ir sus manos y le di varios azotes con el pene en sus húmedos labios.
Nuestra diversión se vio interrumpida por el dichoso toque en la puerta. Joder, ¿quién demonios ha venido a interrumpir en el mejor momento? La dejé ir para asomarme por el agujero de la puerta y vi el rostro de mi madre.
—No le vas a abrir — volví a mirar a Jimena, y la vi ocultando la bolsa debajo de la cama.
—Por supuesto que lo haré. Debe ser algo urgente, como para que venga a mí a esta hora.
—¿Estás loca? Si le abres va a descubrir que estamos juntos.
—Escóndete — sacó una bata negra de su maleta y se cubrió con ella.
—Jimena…
Vi en ella intenciones de abrir sin siquiera esperar a que lograra ocultarme, por esa razón recogí mi ropa de prisa y me encerré en el baño. ¿Qué será lo que quiere mi madre?
Por supuesto que la curiosidad me estaba matando, por esa razón puse oído a la conversación.
—Perdóname por venir a esta hora. ¿No te he despertado?
—No, estaba viendo una película en mi teléfono.
—¿Puedo pasar?
—Claro, adelante.
¿Cómo se atreve a dejarla pasar? ¿Está loca?
—Se ve preocupada. ¿A qué debo su visita, Sra. Collins?
—¿Has visto a mi hijo?
—No. ¿Aún no aparece?
—Su mujer y yo le hemos estado marcando, pero no responde su teléfono. Fui a la recepción y me comentaron que lo vieron salir con mi asistente.
¡Mierda, ha metido las patas hasta el fondo!
—Jimena, llevamos muchos años de conocidas. Más que mi asistente, te veo como una hija. ¿Qué me estás ocultando?
—¿De qué habla, Sra. Collins?
—Haré la pregunta más directa. ¿Está ocurriendo algo entre mi hijo y tú?
—¿Cómo puede pensar tal cosa? Yo jamás…
—No quieras mentirme, Jimena. Llámale intuición o corazonada. Me han comentado que en la empresa los han visto muy juntos. Durante el viaje los observé a los dos, y esas miradas y acercamientos que están teniendo no son normales. Sin contar que conozco lo suficientemente bien a mi hijo. Él le cuenta todo a su mujer y ni siquiera le avisó que estaría viajando. Ahora mismo ni le responde las llamadas. No sé qué puede haber más importante que su mujer y el hijo que está esperando. Él jamás se ha comportado así. Tal parece que quiere volverse una carga para ella. Por otro lado, él jamás había tenido interés de acompañarme a la casa de sus abuelos por parte de padre. Siempre lo ha evitado y ahora de la nada viene. No quiero ni pensar que has estado sonsacando a mi hijo a mis espaldas.
—Puede estar tranquila, ese jamás sería el caso, Sra. Collins. Créame que no es lo que piensa. Jamás traicionaría su confianza. Es cierto que vi a su hijo, pero no se lo dije porque él me pidió que no le contara. Lamento haberlo ocultado. Sé que ha estado muy preocupada por su hijo.
¿Me está encubriendo?
—Me tranquiliza tanto saber que todo fue un malentendido. Lamento haberte envuelto en esta incómoda situación. Como madre, solo quiero lo mejor para mi hijo y mi nieto.
—No se preocupe, la entiendo cabalmente.
Estuvieron hablando por varios minutos y luego escuché cuando se despidieron y mi madre por fin abandonó la habitación. No quería que se enterara de esto, al menos no todavía.
—¿Por qué me has encubierto? — le cuestioné.
Su mirada feroz me recorrió por unos instantes.
—No te creas tan importante, perrito. No te estaba encubriendo, solo estaba asegurándome de no perder el trabajo que tanto he luchado por mantener, por un simple lío de huevos.
—¿Por qué estás tan molesta? Ya no hay nada de qué preocuparse.
—¿Eso crees? Eres una grandísima escoria. Dejaste a tu mujer embarazada sin decirle nada, con tal de venir a recibir tu castigo. De verdad que no vales ni un centavo. Eres el hombre más cobarde y patético que haya conocido alguna vez.
—Yo no vine por eso.
—Ah, ¿y por qué viniste? ¿Me dirás que solamente fue para evitar que le contara algo a tu madre? No me quieras ver la cara de idiota, porque de eso no tengo ni un pelo. Conozco la clase de hombres como tú.
—Solo crees conocerme, pero no conoces nada de mí.
—¿Por qué no me dijiste sobre eso? De haberlo sabido, hubieras podido liberarte de todo esto, pero no, preferiste callar y hasta hace unos momentos estabas a punto de acostarte conmigo.
—¿Verdaderamente hubiese habido alguna diferencia? ¿Alguna vez te ha importado lo que diga? Tú misma dijiste que no ibas a dar tu brazo a torcer por nada y que querías continuar con esto.
—Pues esto sí cambia las cosas. No quiero ser la villana del cuento, no pienso cargar con la culpa de haber sido quien destruyó una familia por una venganza sin sentido o por egoísmo. Lárgate.
![](https://img.wattpad.com/cover/306422167-288-k181155.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Sigilo [✓]
RomansaNo hay secreto que dure cien años. Oscar Collins; es un hombre prepotente, prejuicioso y orgulloso. Su forma de ser desde su adolescencia le ha creado mala fama y todavía a estas alturas de su vida, le es difícil adaptarse a la sociedad. Oscar se...