Ha pasado un mes desde que Wei Ying fue adoptado por Jiang Fengmian. Los cambios en la secta con dicho niño fueron notables para los discípulos y los mercaderes.
Todos pudieron observar la obvia preferencia del líder hacia su hijo adoptivo.
Y así mismo vieron las exigencias de Madame Yu hacia su hijo.
Ahora mismo, nuestra Madame veía, con enojo, como su niño estaba siendo cruelmente ignorado por Jiang Fengmian, su esposo y el padre de sus dulces niños.
Ha pasado un mes desde que el muchacho llegó e intenta, cada que puede, hacerle ver a Fengmian que no puede ni siquiera querer a su hijo, y esto no se trata de ella y sus sentimientos, sino porque su muchacho no tiene la culpa de los problemas matrimoniales que ellos tienen.
Es entonces que toma una desición y se levanta de su asiento para caminar hacia su estudio. Su zidian chispea fuertemente ante las emociones de su dueña. Sus arañas la siguen en silencio, como siempre lo han hecho.
Apenas llega, comienza a escribir una carta hacia su hermana, con quien aún después de que se caso siguió en contacto. Ella adoraba a sus sobrinos y en cada carta siempre trataba de calmarla con respecto a Wei Ying, recalcando que así como a ella no le gusta que Fengmian ignore a Jiang Cheng por ser hijo de ella, así mismo con Wei Ying, ya que el joven no pide la atención que Fengmian le brinda y debe de entender que él también es un niño sin culpa alguna.
Sus hijos merecen ser amados, tanto por Fengmian como por ella y es por eso que solo va a otorgarle un mes.
— Jinzhu, ve personalmente a Meishan Yu y entrega esta carta a mi hermana, aguarda su respuesta allí y si es muy de noche, no regreses hasta el día siguiente.
— Sí, mi señora —la joven toma la carta, hace una reverencia y desaparece en seguida por los pasillos.
— Mi señora, ¿seguiremos con usted? —pregunta Yinzhu con voz calmada aunque, por los años de convivencia, Ziyuan detecta cierto temor.
— Por supuesto que sí, no confiaría mi vida y la de mis hijos a nadie más que a ustedes —contesta, levantándose de su asiento—. Ahora ve por unos bocadillos y llévalos a mi muelle. ¡Ah! Y tráeme a A-Cheng, quiero comer con él.
— Sí, mi señora —la joven hace una reverencia para luego retirarse a hacer lo pedido.
Ahora se encuentra frente a su hijo, quien come alegremente.
— ¿Cuándo creciste tanto, mi dulce niño? —se pregunta con la nostalgia invadiendola. A su memoria llegan los recuerdos de ella cargando un pequeño bebé de mejillas regordetas y ojos grandes de color morado. Tanto su hija, A-Li, como su hijo, A-Cheng, fueron los niños más hermosos que ha visto.
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El loto en Meishan Yu
Fanfiction"- Consejo de ancianos, Jiang Fengmian -voltea a ver a cada uno de los mencionados- yo, Madame Yu, Yu Ziyuan, como segunda hija del fallecido líder Yu, hermana de la actual líder, declaro lo siguiente con los permisos previos de mi secta natal -toma...