Capítulo 4: reacción

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Ahora mismo estaba desatado un caos dentro de la sala del consejo. Gritos y gritos se escuchaban, y todos dirigidos a una sola persona, el actual líder.

— ¡Líder Jiang, tiene que hacer algo, su Madame no puede irse!

— ¡Líder Jiang, debe de hacer algo, ella es alguien esencial aquí en la secta!

— Líder Jiang, disculpe mi ofensa, pero no sea tonto y pierda a una gran mujer como Yu Ziyuan.

Esos y más reclamos volaban en aquella sala.

Fengmian estaba sorprendido, cansado, triste... Y sin despedirse, sale de la sala y va caminando a los aposentos de su seño... De madame Yu.

— Vengo a ver a mi señora —anuncia e intenta pasar entre las dos arañas, quienes custodian la puerta, sin éxito.

Jinzhu y Yinzhu se miran, comunicándose, para que luego Jinzhu quedase en la puerta y Yinzhu entrase.

— Mi señora indica que puede entrar.

Yinzhu y Jinzhu abren las puertas y se hacen a un lado. Fengmian entra en seguida. Yu Ziyuan ya tiene todo empacado, en esos momentos estaba sentada en su cama descansando para el viaje que emprenderá. Llegar a Meishan no es fácil, es un viaje de varios días, con el descanso incluido.

— Mi señora...

— Estamos divorciados, Fengmian, ahora soy la segunda maestra Yu, aunque te tardes más.

— Ziyuan... ¿Por qué tomaste esa decisión?

— ¿Y todavía preguntas? —Ziyuan se levanta de su lugar para encarar a Fengmian—. Te lo dije anoche, si mis hijos me piden el mundo entero, se los voy a dar, ellos no merecen migajas de tu amor —Zidian comienza a chispear, por lo que su portadora trata de calmarse.

》Fengmian... obligarte a casarte conmigo fue mi error y lo admito, lamento eso, pero algo de lo que me alegro de ese error son mis hijos. Si para tenerlos en mis brazos tengo que obligarte a casarte conmigo, lo haría las veces que sean necesarias, porque mis hijos son mi mayor tesoro —dice, acercándose a Fengmian.

》Te amo, Fengmian, fuiste mi primer amor, pero no voy a permitir que por un amor no correspondido, mis hijos sufran de tus indiferencias, aquí termina nuestra historia, pero puedes ser un buen padre para A-Cheng y A-Li, esfuérzate por ellos.

Fengmian se queda en silencio, las palabras no salen de su boca, no sabe lo que siente por Ziyuan, pero no quiere que se vaya. Para cuando reacciona, su señora ya se encontraba fuera de la habitación.

Ziyuan siente un alivio enorme, pero también siente un gran vació, lagrimas quieren salir de sus ojos, pero no lo permite. Camina rumbo al muelle en donde ya están algunos discípulos subiendo sus cosas. Será un viaje largo ya que irán en carruaje y no en espada.

— Jinzhu, Yinzhu, busquen a A-Cheng, A-Li y Wei Ying.

Yu Ziyuan supervisa que todas sus cosas estén en orden. Luego se escuchan varios pasos, voltea y no solo ve a sus hijos y Wei Ying, sino que ve a varios discípulos y sirvientes. Antes de poder preguntar qué ocurre, estas personas se inclinan.

— ¿Qué ocurre? —pregunta con curiosidad—. Levántense, ya no soy la señora de este muelle, no tienen que hacer eso.

— Madame Yu —la jefa de sirvientas se levanta para hablar, a lo que los demás la imitan—. Usted merece todo el respeto aunque ya no sea la señora de esta secta. Usted nos ha ayudado en momentos difíciles y eso es algo que jamás olvidaremos, por lo que nosotros como agradecimiento y respeto, cuidaremos a sus hijos como si se trataran de los nuestros.

El loto en Meishan Yu Donde viven las historias. Descúbrelo ahora