Capítulo 14: castigo

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Ziyuan leía la carta con sus manos temblorosas ante la furia que trataba de mantener a raya. Estaba a punto de tomar su espada y volar hacia esos muelles, los cuales tenía años sin visitar, para matar al consejo.

Zidian se encarga de quemar la carta en una descarga de energía, demostrando cuan enojada estaba. Apenas habían pasado tres meses de que sus niños estaban en Gusu y que ella llegó hace poco a su hogar luego de quedarse en Yumping en el restaurante.

- ¡Jinzhu! ¡Yinzhu! -no es su costumbre hablarle a gritos a sus damas, pero el enojo es tanto que no mide su tono de voz.

Sus arañas no tardan mucho en aparecer. Al instante se reverencian en señal de respeto en cuanto entra a la oficina.

- ¿Mi señora?

- Jinzhu, dile a mi hermana que iré a muelle de loto. Y Yinzhu, tráeme un té para el dolor de cabeza.

Ambas se sorprenden, pero salen de su aturdimiento y dan media vuelta para ir por lo ordenado. No pasa ni medio incienso cuando la puerta de su oficina se cae por una patada de mi hermana.

- ¿A dónde ibas a ir y con el permiso de quién?

- El líder Jiang y el consejo requieren mi presencia.

- ¿Cómo por qué? -pregunta su hermana igual de irritada que ella al escuchar las palabras Yunmeng y Consejo en una misma oración.

- Quieren discutir algo sobre Jiang Cheng, y el consejo requiere mi presencia. Me iré en una semana.

- Jinzhu y Yinzhu irán contigo, también diez de nuestras mejores discípulas.

- No necesito de tanto.

- Mi hermanita no ira a ver a ese imbécil sola. El clan Meishan Yu debe dar a demostrar nuestro poder.

- Bien, si eso te tranquiliza.

Un suspiro sale de ella en señal de cansancio, pero decido levantarme de mi lugar para preparar mis cosas.

¿Qué querrá Fengmian? Bueno, aprovechare para ir a Gusu a ver a mis príncipes. 

En Gusu, Xichen estaba sentado al lado de su tío

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En Gusu, Xichen estaba sentado al lado de su tío. Se supone que debe de estar escuchando y prestando atención a como su tío daba las clases, ya que en una semana Mingjue, Wen Xu, Jiang Yanli, una discípula de Meishan Yu, un discípulo Jin y él mismo darían una demostración sobre las distintas técnicas entre las sectas. Pero ahí estaba él, el primer jade Lan, viendo como ese muchacho de ojos violetas estaba tomando notas de todo lo que su tío decía. Tan dedicado, inteligente y hermoso.

Lan Huan no puede evitar extrañar al niño que le abrazaba y le repetía que sería su esposo en un futuro.

- Eres mi ramita. Y un día, de grandes, nos casaremos y tendremos muchos hijos, quieras o no -la sonrisa que salía de Jiang Cheng al decir eso era tan radiante y bonita que a Lan Huan se le hacia imposible darle una negativa.

El loto en Meishan Yu Donde viven las historias. Descúbrelo ahora