Capítulo 5: Yumping

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Los siguientes días fueron tranquilos; descansaron en una de las posadas, Xue Yang se baño y cambio de túnicas, lo peinaron y tomó mas confianza para platicar con Jiang Cheng.

En esos momentos se encuentran en el mercado de Yumping, ya que Jiang Cheng quiere regalarle a Xue Yang una campanilla estilo Yunmeng, pero el mismo quiere escogerlo, por lo que ahora Ziyuan, Jiang Cheng, Xue Yang, Jinzhu y Yinzhu están en el mercado.

Jiang Cheng vio un puesto que le gusto, por lo que corre hacia él, pero de un "negocio" un niño sale volando por las puertas y se cae junto a Jiang Cheng. Ziyuan corre hacia su hijo y ayuda a levantar a ambos niños.

— A-Cheng, ¿estas herido?

— No, madre, pero el niño si se ve herido, chécalo —Jiang Cheng la zarandea un poco para que su madre haga caso.

— ¿Estas herido, niño?

— Estoy bien, señora —responde el pequeño, quien da una sonrisa practicada mientras intenta levantarse.

— No- —antes de que pueda seguir, un señor muy enojado sale del "negocio" y recoge bruscamente al niño.

— Discúlpelo, es algo torpe este niño, pero lo castigare.

— Suéltelo.

— ¡A-Yao! —una señorita desaliñada sale del establecimiento.

— Dije que lo sueltes —poco a poco se agotaba la paciencia de Ziyuan al ver a este señor estrujar más a ese pequeño niño.

— Disculpe, señora, pero este niño es de mi propiedad.

— ¿No escuchaste a la señora Yu? Suéltalo perro o te cortare la lengua —Xue Yang se acerco preocupado al ver a Cheng Gege en el suelo.

— Deja a mi hijo por favor, Quan Zi, trabajare el doble, pero deja a mi hijo —implora la señora mientras se arrodilla.

— Tu no sirves para nada, ya estas enfermando.

Sabe que es un arrebato, pero no hace nada por evitar lo que sale de su boca.

— Te compro tu negocio.

— ¿Qué? —el señor voltea a ver a la señora frente a él, quien lo mira como si fuese superior.

— Lo que escuchaste, te compro tu negocio con todas las mujeres allí.

El señor, quien suelta al pequeño por la impresión, se queda en silencio.

— Yinzhu ve con los niños a la posada y Jinzhu ven conmigo.

Las damas acatan la orden, por lo que Jiang Cheng se despide de su madre y Xue Yang le dice que se cuide.

— Vayamos a un lugar más privado.

Después de que están en la oficina del "señor", mas bien un bruto, Ziyuan comienza.

— Estimo que hay como treinta mujeres junto a algunos niños, unas cincuenta personas como mucho, por lo que te ofrezco cincuenta monedas.

— ¿Qué crees que hare con cincuenta monedas de cobre? No me alcanza para nada.

— De plata (1), estúpido —Ziyuan saca de entre sus ropas una bolsa Qiankun—. Te ofrezco algo que ni en tus sueños tendrías, piénsalo, ya eres viejo y no creo que dures mucho, cincuenta monedas de plata es mucho para lograr vivir lo que resta de tu vida.

El señor, sin mucho que pensar, dice.

— Acepto, el negocio es tuyo.

— Las escrituras, ponlas a mi nombre.

El loto en Meishan Yu Donde viven las historias. Descúbrelo ahora