𝟐𝟎 | 𝑽𝒊𝒅𝒂 𝒓𝒆𝒂𝒍 - 𝐏𝐚𝐫𝐭𝐞 𝟑

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«La vida da muchas vueltas...» es lo que le dije a Hyunjin momentos atrás, pero creo que no tuve en cuenta, realmente, cuan certera puede ser esa frase. 

Sin embargo, en este preciso instante mientras mis párpados se mantienen tan abiertos como les es posible, y mi mirada encandilada viaja por sus grandes ojos, sus pómulos marcados, la curvatura en su labio superior... No puedo evitar cuestionarme si, de hecho, no estoy teniendo una visión o si estoy soñando.

—No se preocupe —es lo que responde a mi anterior agradecimiento por su ayuda—. ¿Usted está bien?

Y es su voz lo que me hace saber que, en definitiva, esto es real.

Minho. Es él...

Trato de formular palabra alguna, pero no logro encontrar mi propia voz. Estoy demasiado desconcertada como para poder hablar. Lo único de lo que soy capaz, es de mirar de hito en hito al chico que me corresponde la mirada con un ademán de confusión.

Eso antes de que Buenchico suelte un ladrido que me saca del trance, y logro recuperar cierta lucidez.

Aclaro mi garganta entonces, desviando los ojos a otro punto que no sea su rostro.

—Estoy... estoy bien —digo y trato de esbozar una sonrisa. Aunque estoy segura que debe parecer más como una mueca, así que dejo de sonreír.

Me siento perdida en espacio y tiempo. Como si de repente me hubiese sumergido en un mar infinito de sensaciones, y es tan abrumador, que realmente no sé cómo actuar ahora mismo. 

Estoy chocando con esta parte de mi realidad que no quería, y para la cual no estaba lista de afrontar: el que Minho no me recuerde.

—¿Segura que está bien? —vuelve interrogar en un murmuro, mirándome con un ápice de preocupación en sus ojos—. Es que está...

Y es ahí donde me percato de la calidez y el rastro de humedad en mis mejillas. Estoy llorando, frente a un Minho que no tiene idea de quién soy... 

Rápidamente, limpio con el dorso de mi mano las lágrimas. No tengo de otra, me toca tragarme el nudo que se ha formado en mi garganta, e ignorar el fuerte bombardeo que mi corazón arremete contra mi pecho. 

Procedo entonces a dar un respiro hondo en busca de mantener la calma, si es que algo como eso es posible ahora mismo, y logro esbozar una sonrisa esta vez un poco más normal.

—Sí, lo siento, es que no es un buen momento y... ando un poco sensible —suelto la única excusa que se me ocurre—. Cosas de mujeres, supongo.

Minho sonríe de lado, comprensivo, y yo siento que podría derretirme aquí mismo. Hacía mucho que no veía esa sonrisa, y mierda, cómo la he echado de menos... 

Decido mejor apartar la mirada y centrar la atención en mi perro, que sigue a unos pocos pasos de nosotros, sentado en el suelo como quien no rompe un plato.

Le apunto con el dedo índice, dispuesta a darle un regaño.

—Eso estuvo muy mal, Buenchico.

El canino ladea a un lado la cabeza, y aunque su gesto me causa ternura, es el sonido de cierta risa nasal lo que le da un vuelco a mi corazón.

Levanto la mirada hacia Minho, quien tiene el ceño fruncido mientras en sus labios danza una sonrisa cómica. 

—Ese es un nombre muy curioso para un perro —comenta.

No sé qué decirle. Si tan solo él supiera de dónde viene ese nombre... 

Minho se inclina para darle una caricia superflua a Buenchico, antes de reponer su atención al objeto que aún tiene en sus manos y echarle una ojeada analítica.  

Waiting For Us » Lee Know ; SKZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora