𝟑𝟎 | 𝑪𝒂𝒓𝒕𝒂

473 76 6
                                    

Finalmente, y después de diversas complicaciones que no me voy a molestar en detallar, llegó el gran día de la boda. El resultado fue mucho más placentero que el proceso, eso es seguro. Soyeon lució maravillosamente su vestido y en la cara de Changbin había una genuina admiración por cómo se veía su casi esposa.

Tú por supuesto estabas a mi lado en los asientos, y recuerdo que contemplabas con tus grandes ojos la escena al igual que todos, hasta que desviaste la mirada hacia mí, topándote así con la mía que estaba en ti desde mucho antes, lo que obvio ocasionó una tierna sonrisa en ambos.

Esos seremos nosotros próximamente —te acercaste a decir a mi oído.

¿Ah, sí? —respondí en tono burlón—, pues te informo que primero tienes que proponerlo.

Ya verás. Te advierto que será muy cursi.

Te miré con los párpados entrecerrados y negué con la cabeza. Yo sabía que bromeabas, o mejor dicho, creía que así era pues siempre decíamos ese tipo de cosas en broma: "Cuando nos casemos, haremos esto y aquello" "Nuestro primer hijo se llamará Cristiano y el segundo Lionel". Siempre dejando en evidencia que tan solo estábamos jugando con el otro. Pero cuando vi que esta vez alargaste una sonrisa lánguida en lo que volvías a poner tu atención en aquellos que procedían a decir sus votos, me dejaste con una genuina duda respecto a las verdaderas intenciones en tus palabras.

El hecho de que nuestra convivencia como pareja formal —encima viviendo en casa de mis padres— marchase tan bien, era casi como un sueño de la vida real. Quizás he hecho demasiado énfasis en ese aspecto de nosotros a lo largo de las cartas, pero es que en serio amaba lo bien que funcionaba nuestra relación. Por supuesto que esto era gracias al esfuerzo de ambos, y al cómo contribuíamos a que cualquier conflicto que tuviésemos, llegase a una buena resolución para ambos.

En la fiesta post-boda no sucedió gran cosa, más allá de alguna que otra escena graciosa de mis tíos y primos en estado de embriaguez. El esfuerzo que hacías por relacionarte con mis familiares siempre será algo que voy a valorar muchísimo, pues para el resto quizás no lo era, pero para mí era más que evidente el reto que te suponía estar rodeado únicamente de mis familiares, es por ello que trataba de no dejarte solo a menos que fuera necesario. 

Al otro día teníamos pendientes que resolver en el trabajo, por lo que fuimos de los primeros en marcharnos de la fiesta, incluso antes que mis padres, así que al llegar a casa nos encontrábamos nosotros dos solos.

Mientras cada uno nos despojábamos de nuestras prendas para meternos a la ducha, sacaste a relucir el tema inevitable.

Tenía esperanzas de que viniera. Seguro no lo hizo porque sabía que yo estaría presente.

Es posible... —dije, no muy convencida—. ¿Pero te suena a algo que Han le haría a un amigo? Fallarle así a Changbin sabiendo lo importante que era la ocasión.

Te quedaste en silencio, reflexionando en mis palabras. Y al cabo de un rato en el que no añadiste nada más, nos metimos a la ducha y posteriormente, nos fuimos a dormir.

Esa fue la última vez que hablamos de Han Jisung, o al menos no recuerdo alguna otra oportunidad relevante. Toda relación con él estaba más que quebrada. Tenía entendido que Changbin aún mantenía contacto con él, pero nunca me informaba más allá de su bienestar. 

A partir de ahí, el tiempo comenzó a transcurrir demasiado rápido. Como te lo había asegurado, hablé con Yeji y pronto comenzó mi entrenamiento para formar parte del grupo de baile. Tú estabas más emocionado que yo por aquello así que no te comedías al tratar de enseñarme todo al respecto, y aunque era difícil seguirte el paso por tu larga experiencia, contigo aprendí a mantener una disciplina impresionante. 

Waiting For Us » Lee Know ; SKZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora