𝑿𝑿𝑰𝑰𝑰.ఌ︎

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El apasible tintineo del cristal estamparse en cortos segundos contra los hielos que se derretían con facilidad.

Sus dos orbes lilas ahora se consumía en desesperación y odio.

— la unidad uno ah sido Configurada mayor.

— expansión?

— ah 112 km. Aún falta obtener un poco más pero está dicho que solo es cuestión de días para que usted tenga dominio de Nagoya.

— y de que me sirve tener dominio de Nagoya si no está en primera lista la capital de Tokio— el cristal rugoso ahora  estaba echo añicos sobre la palma de su mano. El cristal carmesio.

— señor, la capital de Tokio es dominada por la organización de botem. No podemos hacer mucho con su expansión. Es más, nos supera en número, actualmente ya tiene la ciudad de Kioto y Osaka.

Izana mantenía los lilas sobre los archivos. Mikey no paraba de entrometerse, era un fastidio que debería de ser eliminado.

— la junta termino. Pueden regresar a sus labores.— kisaki dio la orden. Regreso la vista a Izana quien ahora miraba nuevamente el balance de negocios que Shion le había dado.

— solo es una capital .... Tu puedes tener el dominio de todo japón.

— pero mikey lo tiene, ese bastardo no para de entrometerse en mis planes.

Sus hebras albinas cubrían su rostro, cubrían los orbes lilas que ahora picaban y que eran consumidos por gotas saladas.

— Izana — llamo kisaki.— me eh preguntado, de dónde yace el rencor contra Sano.

Preguntas de incógnita. Solo sabía lo poco de la organización lo de el accidente de el agente Tachibana.
Había varios factores de los cuales kisaki aún no era conciente de lo que en verdad hacia que Izana quisiera matar Mikey. La absurda escusa de hace seis años no eran para nada una razón de venganza.

— sabes lo de los vínculos de un Omega y un alfa.

Gracioso no. Kisaki no pensaba que se lo soltara ahora mismo.

— Claro, el vinculo de lazo de unión oh la marca. Pero porque lo dices.

— eso mismo pasa con un alfa y otro. Un alfa para enlazar con otro alfa se hace una unión de sangre oh pacto, como gustes llamarle.

— ¿que? Pero eso es imposible. Un alfa y alfa imposible.

—Entonces piensas igual que los demás.

[....]

El reloj de su muñeca ya marcaba las 5:00 de la tarde. Una hora considerable para haberlo dejado plantado oh bien simplemente se le había echo tarde como le era la costumbre de aquel pelinegro.

Sus pies se mesian en inconformidad, las zapatillas blancas y el shorts corto azul marino. Que típico uniforme erá ese. La verdad era que no quería usar una ropa tan simple.

— ¡Izana!— el grito y el tacto tan sigilosos sobre los hombros del moreno hicieron que sus reflejos de combate se activarán y prontamente le plantará un golpe en la cara del chico.

Mierda. Era kakucho y sus tontas bromas de siempre.

Izana se levantó de la banca. Su cara estaba roja y sus puños estaban temblando.

I-idiota.

— tienes mucha fuerza, Izana— sonrió, ese sujeto podía ser golpeado por el moreno y no se quejaría.

Gotas Saladas [Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora