Gotas Saladas [Edición]

𝑿𝑿𝑽𝑰𝑰𝑰.ఌ︎

-—takemichi—llamo silenciosamente- deberías despertar, se hace tarde y Eji ya está más despierto que nada — mikey estaba a la orilla de la cama, sentado observando al pelinegro que estaba aún recostado.

—Mikey— llamo soñoliento, tallo sus ojos mientras se incorporaba en la cama.

Mikey estaba frente a el y Eji entro corriendo abrazándolo fuertemente.

—entonces todo fue una pesadilla— susurro.

—eh, que dices amor— dijo mikey separando a Eji de takemichi.

- tuve un sueño loco ....

- no es un sueño- recalcó una voz sombría y aguda.

Takemichi sintió su cuerpo erizarse y tan pronto hablo la voz su visión se torno obscura y repentinamente su cuerpo sintió dolor.

Abrió de golpe los ojos y ciertamente su sueño solo de quedó en eso, en un sueño.

Despertó al borde de una cama, su vientre dolía y sentía quemarse por dentro.

Cómo pudo se incorporo en la cama y superviso la habitación, claro ya lo recordaba.

Había salido de la mansión y claramente no fue lo mejor, se encontró con Izana y sus miembros. Sin embargo estos le jugaron sucio y lo sedaron, quedó inconsciente.

El olor a lirios seguía en la habitación esparcida, el maldito aroma lo sofocaba.

Tocó su vientre y sentía el dolor golpearle fuertemente, se levantó con cuidado y camino un poco asta toparse con la pared y la puerta. No sabía la noción del tiempo oh si solo fueron horas en las que el estaba dormido.

Pensó un poco, su labio inferior se pasaba por su dentadura haciendo pequeños mordiscos nerviosos.

Quería salir de ahí ya, el aroma y la preocupación se extendiá por todo su cuerpo haciendo que el dolor se intensificara.

— mierda — murmuró mientras volvía a la cama. Unos segundos después alguien tocó a la puerta y valla era nada más ni nada menos que a quel alfa.

La puerta se abrió de golpe dejando a la vista la silueta de un hombre, su mechones blancos cubrían su rostro moreno y sus lilas se centraban  exactamente sobre los dos iris azules.

— as escuchado hablar de la debilidad de un león, muchos aseguran que es su manada.... La perdida de sus miembros los hacen ser unas bestias— Izana camino asta takemichi quedando a solo unos centímetros de su rostro.

Lo tomo por los pómulos y lo acerco más a el, sus labios chocaron y rápidamente volvió a soltar el agarre tan brusco.

Takemichi se sorprendió por el acto reciénte, sin embargo Izana escupió saliva y se limpio la comisura de sus labios.

— como Manjiro puede ser tan patético de ser atraído por un estúpido Omega de quinta— Izana miro nuevamente a takemichi quien seguía sorprendido por lo anterior.

— d-donde está Eji — dijo entre dientes.

Izana río macabramente y prosiguió a hablar.

— quien diría que ese chiquillo tendría agallas. Sin duda es un Sano...— Sin embargo que sea un niño no significa que este no tenga compasión de el.

Izana camino hacia la puerta, takemichi suplico que lo dejara en paz. Realmente Eji no tenía nada que ver en esa disputa.

— yo perdí lo que mas quería por mikey, ahora el perderá lo mismo.

Izana salió de la habitación y Takemichi no pudo hacer nada ya que su vientre nuevamente comenzó a doler, tocó su estómago y intento respirar para mínimo sobrellevar el dolor.