𝑿𝑿𝑽.ఌ︎

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La sutil mirada se levantó al notar el aroma tan embriagante y dulce del Omega. Los iris negros parpadearon consecutivas veces, no creían lo que veían.

El contrario cogió un mechón de cabello y lo puso detrás de su oreja, su rubor se expandió sobre sus mofletes dando un toque tierno y sexi.

— lo se, no me veo bien— takemichi bajo la mirada y cubrió su pecho, como si de estar desnudo se tratará.

Bueno, no lo estaba, pero su cuerpo complejo y un poco no mucho, la barriga ancha. Aun haci su cuerpo tan fino y bello resplandecia con el traje azul marino que hacía juego con sus orbes celestes.

Manjiro lo observó boquiabierto. Demonios, era jodidamente hermoso.

— no, no es eso— contradijo—, te vez hermoso.

Manjiro extendió su mano y ayudo a bajar a takemichi con clase, de las escaleras de mármol.

La mansión de Sano. Una fortaleza con lujos y detalles demasiado caros.

Mikey había insistido mucho en qué la fiesta de Eji se llevará acabo en ese lugar, claramente los gastos corrieron por su cuenta. Definitivamente no se contuvo en nada para hacer una fiesta digan de su bello cachorro.

El buffet era elegante y esquisto, ni hablarse de los juegos mecánicos nuevos afuera de la mansión y uno que otro no regalo muy llamativo. Bueno, Manjiro se lució tanto que trajo un banda musical infantil para Eji.

Según el, no era mucho.

— y Eji, ¿donde está?— pregunto Mikey a takemichi, su brazo venía rodeado del ajeno.

— está con chifuyu. Esperando a los invitados.

Takemichi y Mikey caminaron asta el salón. Entre miradas y uno que otro beso que se intercambiaban.

— ¡Papá¡ — grito Eji mientras corría a los brazos de Mikey. Gustosamente lo recibió.

— ¿te gusta tu fiesta?— pregunto Mikey.

— me encanta.

— eso no es todo. Ven.

Mikey camino con Eji en brazo asta las afueras de la casa. Un bello jardín adornado con plantas exóticas y tigres blancos muy bien domésticados. Manjiro camino asta la fuente de cristal y le mostró una colección de motocicletas. Muchas para decir su marca.

— son para ti. Draken dijo que te gustaban mucho.

Los orbes celestes se abrieron con un brillo. Bajo de los brazos de Mikey y camino/corrió asta el lugar donde estaba la fila de motocicletas.

— ¿Sabes manejar?

— que si se. Ven vamos.

Mikey monto la moto y subió a Eji con casco obviamente y dieron una vuelta por el jardín.

Takemichi llevo una mano a su cara y solo suspiro. En realidad Manjiro mimaba mucho a Eji.

— Takemichi. ¿ Podrías ayudarme con algunas cosas?— llamo fuyu mientras caminaba asta la enorme cocina.

Takemichi le siguió el paso mientras dejaba al par jugando.

— no deberías cargar cosas pesadas— dijo takemichi mirando al de orbes aqua.

— eh? Que dices hombre estaré bien.

— no, no lo estarás y más en tu condición.

Takemichi miro de reojo al pelinegro. Obviamente ya había capto todo desde hace dos meses. Desde que su olor no era el mismo.

Gotas Saladas [Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora