Our flag means Second chance

1.2K 136 87
                                    


No se podía decir que aquellos últimos meses hubiesen sido los mejores de su vida.

Remontándose un poco más de lo que quizás tocaba, había perdido un dedo, que tuvo que cortarse él mismo, había estado a punto de ser arrestado y condenado varias veces, y el puto Barbanegra lo había arrojado por la borda; a él, al trocito de pan más tierno que podía haber habitado en barco pirata, después de intentar ayudarle encima.

Cuando Lucius dejó de temer por su vida, habiendo sido rescatado por un barco pesquero, el cabreo llegó.

Lucius tuvo durante días la expresión tan huraña que sus rescatadores no dudaron en ningún momento que había sido un prisionero de Barbanegra y que había logrado salvarse milagrosamente. El hecho de que si le preguntaban sobre el famosos pirata no solo no contestase si no que incluso pareciese tirarse a morder fue todo lo que necesitaron los pescadores para permanecer callados.

A la semana, el barco le dejó en el puerto más cercano y Lucius recuperó ligeramente el ánimo, pensando que aquel era un buen lugar para esperar a que la Venganza desembarcase. Seguramente fuese una parada necesaria, pues sabía que debían necesitar provisiones próximamente después de tirar barriles enteros de mermelada. Y los chicos le estarían buscando, al menos Black Pete seguro. Lucius lo echaba terriblemente de menos. Necesitaba con urgencia un abrazo y muchos mimos. La espera se le estaba haciendo eterna.

Las cosas no salieron como esperaba, ni mucho menos, Barbanegra debía de haberse vuelto loco, por lo que supo después, y se vio obligado a aceptar un trabajo en el puerto tomando apuntes para un mercader bastante estúpido que no le pagaba mucho pero le daba un lugar donde dormir.

A todo se acostumbraba uno, de mala manera, realmente, pero Lucius no era de los que se echaba al suelo a llorar. Había sobrevivido a una familia ultraconservadora y a varios barcos llenos de homofóbicos, aquello en comparación no era nada.

Ya había aceptado con resignación lo que le tocaba cuando unas cabezas familiares aparecieron por el puerto, mojados como perros en una bote salvavidas, donde sus tripulantes habían tenido que turnarse para nadar, pues no habían podido estar a bordo todos juntos al mismo tiempo.

—Oh, Dios mío —exclamó mientras se le caía el libro en el que apuntaba y echaba a correr. Su jefe le gritó, pero a él le importó una mierda— ¡AMOR! —gritó mientras tropezaba y se arrojaba en los brazos de Black Pete, derrumbándolo.

La barca se tambaleó y sus antiguos compañeros se quejaron pero a Lucius también le importaba una mierda eso, estaba muy ocupado besuqueando a su novio hasta que los labios se le quedaron secos por la sal acumulada en el cuerpo de Black Pete.

Se apartó para mirarlos y abrazarlos. Fue entonces cuando unos brazos salieron del agua y se aferraron al borde del casco.

Lucius dio un grito por el susto y su impresión no se suavizó cuando a continuación surgió el resto del cuerpo. Stede casi hizo la voltereta, como un pez que saltaba hacia la cubierta de un barco, y se quedó tendido de igual modo, boqueando como si no pudiese respirar. Tenía la piel cuarteada y quemada por el sol. Su ropa estaba destrozada y estaba muy lejos de mantener un aspecto aristocrático.

—¿Capitán? —preguntó Lucius con incredulidad. Durante mucho tiempo había estado pensando sobre lo que había podido pasar entre Stede Bonnet y Edward Teach, pero había reprimido su vivaz imaginación, especialmente porque no dejaba en muy buen lugar a Stede, a quien quería y admiraba bastante más que a Edward. Durante unos breves momentos, antes de abandonar la Venganza por la fuerza, estuvieron a punto de invertirse las tornas, pero dadas las circunstancias, Lucius no estaba predispuesto a pensar nada bueno de Barbanegra, y sus últimas teorías era que podía haber herido gravemente a Stede y esa fue la razón por la que no habían vuelto a saber nada de su capitán.

Our flag means Love [BlackBonnet]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora