Our flag means Start again

329 41 23
                                    

Stede aún estaba temblando.

Había matado a un hombre sin pestañear y se había perdido en el alivio que había sentido al ver que Ed estaba bien y se había dicho con ingenuidad que eso era todo, que podía volver a respirar en paz.

Pero en cuanto Ed se desmayó en sus manos, todos sus miedos regresaron.

¿Qué le ocurría? ¿Acaso era imbécil? Él mismo lo había dicho a Lucius, el exceso de esperanza puede acabar con un hombre.

Durante las horas posteriores, Stede entró en pánico y lo peor de todo es que su tripulación, en lugar de preocupada, parecía aliviada de ver que Stede volvía a ser el mismo.

Ya habían llevado a Ed al camarote de La Venganza y habían cauterizado sus heridas. Solo quedaba esperar a que Ed despertase, pero Stede aún sentía que no estaba haciendo lo suficiente.

La tripulación era un silencioso y constante aliento para que no se dejase llevar por el terror. Como Lucius que solía pasar a su lado y acariciarle la rodilla en un gesto amistoso mientras le sonreía cálidamente o Jim, que durante dos días fue al camarote a la hora de la cena y se aseguró de que Stede coliese.junto a él y se aseguró de que Stede comiese.

Al tercer día, Ed despertó y Stede lo recibió esta vez con lágrimas en los ojos. Ed no pudo evitar reírse, comenzando a llorar también. Quería abrazarlo, pero apenas podía moverse, así que en su lugar tomó a Stede de la mano y entonces se dio cuenta de que las llevaba vendadas por las quemaduras de la pólvora.

—Encanto, estás herido —murmuró con pena, acercándose las manos a la boca para besarlas suavemente.

—T-tú eres el que casi se desangra en el barco inglés y tu rodilla...

—Ssh... calla y ven aquí. Te he echado de menos.

Stede sollozó y se agachó para juntar sus labios con Ed. El sabor salado inundó su boca cuando la abrió para otro sollozo y Ed metió su lengua hasta que Stede se rindió al beso.

—Yo también te he echado de menos, mi amor.

Ed sonrió mientras frotaba suavemente su nariz contra la de Stede.

—Llama a toda la tripulación. Vamos a hacer el matelotage ahora.

Y así lo hicieron. No hubo ni ceremonia, ni trajes bonitos, pero era oficial y lo más importante, era por amor.

Stede y Ed se besaron de nuevo, esta vez delante de todos los testigos que habían firmado el acta de su unión. Dos documentos, en realidad, uno con sus nombres reales y otro con los nombres que usarían a partir de ahora. Tanto si los ingleses lo descubrían, como si no lo hacían nunca, serían el uno del otro hasta que la muerte los separase.

........................................................

Había pasado casi cuatro meses, tiempo suficiente para que todos se recuperasen y para agotar las provisiones. Habían desembarcado en una pequeña isla del Caribe con un bonito puerto y poco más, a excepción de un precioso faro tras el que se iban siempre los ojos de Ed.

Todos necesitaban un descanso de alta mar, así que anclaron el barco y Lucius se encargó de escribir una carta de parte de todos para Mary y Frenchie.

La respuesta llegó una semana después, con la noticia de que Mary había dado a luz a un niño al que habían llamado Luke.

La tripulación estalló en vítores y esa noche organizaron una fiesta a la salud de la familia. Todos se morían por ir a visitar al nuevo miembro honorífico de la tripulación, pero el asunto estaba muy candente como para que ninguno se atreviese siquiera plantearlo cerca de los co-capitanes.

Our flag means Love [BlackBonnet]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora