Our flag means Sarcastic

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Stede se despertó con el sonido del piano y del laúd, una melodía a dúo rápida que alegraba el corazón.

Recordó con simpatía cómo había descubierto en aquella fiesta de snobs en el mar que Ed sabía tocar el piano y lo hacía muy bien.

—¿Ed? —preguntó con una sonrisa en los labios mientras se levantaba e iba a la habitación de al lado, que casualmente era la sala de música.

No esperaba ver a Mary sentada tocando, ni tampoco a Frenchie apoyado de pie en el piano y por cómo se detuvieron y se le quedaron mirando como si hubiese aparecido un fantasma estaba claro que ellos tampoco lo esperaban a él.

—Esto... ¿Buenos días? —dijo Frenchie, inseguro. La verdad es que Stede no tenía buena pinta. Su camisón estaba lleno de tierra, tenía el pelo despeinado y arañazos en el cuerpo. Si alguien no sabía qué había pasado, y con el historial el último mes en la Venganza, podría sacar otras conclusiones.

Stede pensó con mortificación que Mary había llegado a esas conclusiones, porque se había sonrojado enormemente y ahora tenía los ojos fijos en sus propios dedos.

—Buenos días, señora. Buenos días, Frenchie —dijo Stede con educación, mientras se ponía recto y se adecentaba la ropa con la otra mano—. Perdonad si he causado inconvenientes. Soy sonámbulo —mintió malamente.

—Y también debe de ser mago —murmuró Mary con acidez, punteando una de las teclas.

Frenchie sonrió de manera muy visible e incómoda, dando lugar a un silencio tenso.

Unos pasos anunciaron la llegada de Edward, quién llegó ya cambiado y miró a Stede extrañado, ignorando al resto de los que había en la sala.

—¿Dónde estabas? He ido a buscarte a la habitación para desayunar y ni rastro, hombre.

Stede se puso nervioso y tartamudeó un poco, mirando de reojo a Mary y a Frenchie.

—Es que no pude entrar anoche. Me quedé durmiendo fuera.

—Si yo he podido abrir la puerta sin problemas esta mañana... —replicó Ed, y luego se quedó callado y giró sobre sus talones para mirar fijamente a Mary, que seguía punteando la misma nota, cada vez más rápido.

Sí iba a decir algo, todo quedó interrumpido cuando una sirvienta entró e informó al señor de la casa que el gobernador quería verle y que llegaría para el almuerzo.

—¡Joder! —bramó Ed.

Mary se levantó como por un resorte, se acercó a la sirvienta y ordenó que empezasen a prepararlo todo y que otra de sus compañeras viniese a ayudarle a cambiarse, antes marcharse con paso apresurado hacia la habitación.

—El gobernador... ¿Es seguro? ¿Él sabe que eres Barbanegra?

Ed lo miró de un modo que no dejó lugar a dudas qué parte de su personalidad estaba tomando el control.

—Ojalá lograse sorprender al puto Charles Eden.

............

Por razones obvias, Stede no podía ser visto por el gobernador. Tampoco es que tuviese sentido que estuviese en una reunión así incluso si no fuese un fugitivo supuestamente muerto, pero había algo que no encajaba. Muchas cosas, en realidad, pero la que preocupaba ahora a Stede era que Ed debía ser también un fugitivo de la justicia. Había jurado por Acto de Gracia servicios como corsario a la Corona y había huido antes de terminar su entrenamiento. Y ahora era un terrateniente, visitado por un gobernador en Bath. ¿Qué narices estaba pasando?

Our flag means Love [BlackBonnet]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora