Our flag means Sting

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No había muchos lugares donde esconderse en un barco tan pequeño. Claro que se podía ser creativo y Lucius lo era bastante, aunque después de haberlo en la "piscina de bolas" Black Pete y él apreciaban la comodidad que le daban otras superficies.

Se había convertido casi en una fantasía sexual hacerlo en una cama, pero esa posibilidad en la Venganza estaba descartada con todas ocupadas por otros y no es que fueran a esperar hasta que volviesen a puerto, si es que alguna vez el maldito Barbanegra aceptaba volver a pisar tierra.

A falta de una buena cama, su lugar favorito era la cocina, porque tenía cierta privacidad y a excepción del camarote del capitán, y a veces la cubierta, era la zona que mejor olía con diferencia del barco. Roach era un cocinero excelente y bastante limpio, además tenían todo un surtido de lubricantes que podían usar.

—Esta cosa huele bien y sabe también muy bien —apreció Black Pete mientras lamía a Lucius, que se rió. Sus muslos temblaron, haciendo cosquillas en las mejillas de Black Pete.

—Yo solo quiero lo mejor de lo mejor —ronroneó, escapándosele después una risa coqueta ahogada cuando Black Pete volvió a enterrar su lengua.

Lucius recordaba las primeras veces que lo habían hecho así. Al principio Balck Pete era torpe, pero como era obediente pronto el escribano del barco no quería otra cosa que dejar que lo complaciese.

—Eso es sexy —apuntó Black Pete cuando lo escuchó jadear su nombre con fuerza, agarrándole de la tela de la camiseta por los hombros como si fuese un ancla.

Lucius tiró de su ropa con más fuerza, de forma demandante.

—Soy sexy y soy tuyo. ¡Ahora! ¡Móntame ya!

Black Pete se bajó los pantalones con rapidez mientras Lucius rodeaba con sus piernas las caderas de Black Pete, clavando los talones en sus lumbares para presionar su cuerpo. El deslizamiento fue rápido y ambos gimieron con fuerza.

—¡Sí, sí, dame duro, papi! —pidió Lucius, tan escandaloso como siempre. Le encantaba el efecto que sus gritos provocaban en su pareja, que se agitaba vigorosamente con cada sonido sucio suyo. A veces se había planteado tener sexo de forma más calmada y romántica, decir quizás un "te quiero" o algo más dulce durante el momento, pero no era fácil, no cuando se veían obligados a tener ese tipo de encuentros rápidos y semipublicos. Abrirse de piernas era más fácil que abrir el corazón.

Sin dejar de moverse, se besaron de forma desordenada y sucia. Sus dientes chocaron un poco, sus labios irritados, mientras entrecortaban gemidos y palabras.

Estaba rozando el clímax, el placer en su punto álgido cuando escucharon a alguien trastabillar. Detrás de él, Stede acaba de entrar en la cocina y se había tropezado con los pantalones de Lucius, tirados en el suelo. Apenas se había librado de caerse apoyándose en el mostrador.

Black Pete se quitó de encima de golpe, subiéndose con torpeza los pantalones mientras Lucius entraba en pánico, buscando algo con lo que cubrirse mientras ahogaba un grito y todas las maldiciones que se le ocurrían.

—¿Roach? Necesito... —comenzó a decir Stede, mientras recuperaba parte de su dignidad enderezándose. No le duró mucho, hasta que dio un pequeño grito escandalizado cuando vio a Lucius y Lucius correspondió de igual modo. Era imposible decir quién estaba más sonrojado de los dos—. ¡Oh, lo siento!

Lucius dio varios manotazos a Black Pete, con urgencia, y este estiró el brazo y le pasó los pantalones, que Lucius se puso lo más rápido que pudo.

—No creo que lo sienta lo suficiente, capitán —replicó con aprensión. Detener la faena de ese modo no solo era frustrante, estaba seguro de que no tenía que ser sano.

Our flag means Love [BlackBonnet]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora