⚘ 𝘛𝘦𝘳𝘤𝘦𝘳𝘢 𝘱𝘢𝘳𝘵𝘦 𝘥𝘦 𝘭𝘢 𝘵𝘳𝘪𝘭𝘰𝘨í𝘢 «𝘐𝘯𝘵𝘦𝘳𝘤𝘢𝘮𝘣𝘪𝘰 𝘥𝘦 𝘱𝘳𝘪𝘯𝘤𝘪𝘱𝘦𝘴.»
❈・Cuando roban una reliquia con un gran valor, el rey Taehyung y el principe Jungkook no encuentran una mejor solución más que solicitar la a...
Han camino hasta su escritorio, sacando de uno de los cajones una caja mediana de terciopelo rojo que dentro tenía una pulsera con diamantes blancos y rojos, así que la tomo apreciandola un momento.
Yoongi y Jimin se encontraban bajo dicho mueble.
Sung Woon sonrió viendo el accesorio, cerro el cajón y fue hacia la salida, apagando las luces.
Min y Park suspiraron al mismo tiempo.
—Eso estuvo incómodamente cerca. —Jimin se puso algo nervioso.
—Lo bueno es que...—Yoon alzo un poco la vista. —Encontramos el teclado.
Y estaba a unos centimetros junto a la cabeza del rubio.
Jimin se coloco frente al aparato y sonrió en grande.
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Jungkook bajaba con algo de dificultad las escaleras del orfanato, esos zapatos con tacón eran complicados.
—¿Cómo es posible que camine con estas cosas? —Le pregunto al pelinegro que iba tras él.
—Ni idea. —Yugyeom se preguntaba lo mismo.
—¿Estás bien? —Kook vio a su esposo, estaban apunto de ingresar a la sala donde sería la audiencia.
—Bueno más o menos, nunca había hecho algo así. —Gyeom sonrió nervioso.
—Si ahm...solo relajate.
—Si, claro, me relajo. —Kim inhaló levantando los hombros y los bajo al exhalar.
Jeon le asintió con una sonrisa, después volteo hacia la puerta y toco, escuchando un "Si, pase" mientras la puerta se abría.
Kook entro en su papel, caminando mientras meneaba las caderas siendo seguido por su esposo.
—Joven Park, adelante. —La madre superiora estaba nerviosa.
—Llego muy tarde. —Le dijo un hombre mayor, quien era el juez encargado de su sentencia.
—Corrección señor oficial, llego elegantemente tarde. —Kook levanto su mano derecha, haciendo una pose elegante.
Yugyeom oculto una risa, su chico lo hacía bien.
—Siéntese. —Ordeno el mismo hombre.
Jeon obedeció, sentándose en una silla que se encontraba en medio del lugar, quedando frente a los 4 miembros del comite, incluyendo al juez y la madre superiora. Sonrió cruzando sus piernas.
—Señoras y señores. —Kim hablo con seriedad.
—¿Usted es...? —Pregunto aquel señor viendo al pelinegro.
—Principe Yugyeom de Seúl.
Los del comite hicieron una reverencia.
—El joven Park secuestro a mi esposo y pensé que si alguien debía ser su aval de personalidad bueno... debía ser yo. —Sonrió con amabilidad.
