COCINANDO AL AMOR

La Guerra

Cocinando Al Amor

Capítulo 14

Candy, en los días subsecuentes al estar en el restaurant de Grand Palace, trabajando para el Clan Ardlay, se dio a la tarea de averiguar, por qué la gente asistía a grandes marejadas al lugar, descubrió que los Ardlays no eran la octava maravilla en sus platillos, sólo era la publicidad, sabían venderse extraordinariamente bien, al fin empresarios, los meseros y meseras, de aquel lugar eran bastantes atractivos, al descubrir el secreto, supo qué lo qué distinguía al lugar era el arte de la seducción y él trato para los comensales.

Un día Albert, pidió que lo acompañará al mercado de Mariscos de la Ciudad, y se dispuso a adquirir una pieza de salmón al llegar a el restaurant del hotel Grand Palace, le pidió a Candy qué cargara el enorme pescado, ella era sumamente bajita, y flaquita, pero no débil, El rubio la observó detenidamente, y le pidió qué le retirara la piel al salmón,  sin dañar él pescado, y retirar las espinas con zumo cuidado de no alterar la pieza.

La joven no se amilanó ni 7n sólo  instante, procedió a manipularlo,  Albert la observó con detenimiento, y cuándo vío el trabajo terminado de aquella joven, la hizo a un lado abruptamente, y le pidió hacer una esferificación de la guarnición, para acompañar el alimento, rápidamente, Candy  hizo perfectamente bien lo que lehabía ordenado, él rubio la felicito.

Para casi terminar su turno laboral Candy, se encontraba rendida y agotada, cuándo una joven empresaria de la moda Karen Kleiss la pareja del Magnate, se hizo presente, le pidió hacer el postre rápidamente, y al notar la tardanza en su preparación hizo un escándalo de grandes dimensiones y le aventó el Tiramisu en su rostro y hablándole despectivamente.

Albert, cuando uno de los meseros le informó de la situación, salió de su despacho y se dirigió al area del restaurant  al ver a Candy y a su novia molesta, para mantener a su pareja tranquila y contenta solo le dijo

-Paula, retírate mañana pasas por tu liquidación, acto seguido, Candy que había inventado ese nombre le dijo: -Tranquilo Señor Ardlay, no hace falta que me despida, yo me voy por mi propio pie y se marchó de aquel lugar.

-A otro día, ambas hermanas Candice y Patricia, llegaban al restaurant de Gran Hotel De la Ciudad de México, de manera muy puntual, organizaban ambas mujeres una junta extraordinaria, y a todo el grupo de grandes chefs, ayudantes de cocineros, lava lozas, equipo de limpieza, meseros, y los barman. Les dio un aliciente, a parte de un aumento de sueldo, les explicó qué las propinas no eran en general, no habría repartición equitativa, a partir de ahora, cada quien manejaba la suya y ellos decidían cuánto querían ganar.

-Los días transcurrían, y Albert, estaba preocupado porqué la joven a la qué  despidió, no había pasado por su liquidación, quería pedirle una disculpa y darle una compensación, por todo el mal entendido, llamó a su celular, pero no le contestaron y decidió ir al domicilio otorgado a través  de su Currículo vitae. Al llegar al domicilio preguntó por él nombre de la joven, y descubrió que ahí nunca vivió  nadie con ese nombre, ni mucho menos como él la describió, se sintió  avergonzado.

Candy, pidió a los meseros salir a la banqueta e invitar a pasar a las parejas y familias, al restaurante donde había música en vivo amenizando el lugar, en un ambiente meramente familiar.

Albert, al llegar al Hotel y Restaurant Grand Palace, y a travez de la terraza ibservo el movimiento del lugar de sus adversarios, se tenso de forma inmediata, al mirar de lejos a la rubia hechizera de ojos verdes, y fue cuándo una vaga idea surco por su mente, ¡Sí!, era ella, cómo pudo ser tan tonto, cómo no sé dío cuenta, fueron seis meses de trabajar a su lado. Se dirigió rápidamente hacia ella y de forma abrupta la tomó de su brazo y la miró de frente, quiso decirle  algo, reclamarle algo pero todo careció de sentido en el momento qué ella le sonrió.

Y sí, él estaba irremediablemente perdido.

Continuará