-Acuerdos-

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Cocinando Al Amor
Capítulo 26

Al siguiente día, después de despertar, Albert, y Candy se dieron una rápida ducha y volvieron  a llamar rápidamente a sus familias, George e Isaura, hicieron un envío de dinero en minutos a nombre de Candy.

Los rubios al tener la clave del envío, y no saber exactamente dónde se ubicaba una oficina de cobro de aquel  dinero decidieron preguntar al conserje de aquel edificio qué los miró, y les dijo qué dicho lugar se encontraba en el centro de la ciudad

Pauhlo Coelho, el escritor sí, el mismo que escribió el libro del Alquimista, se había unido a la travesura, miró a ambos jóvenes a la cara y determinó que eran almas gemelas, y sólo era el hilo rojo del destino actuando, él escritor  actuaba cómo un simple conserje del edificio hizo caso omiso de aquel trato qué sus amigos William y Ponny, pedían para los rubios dejándolos a la viva de Dios. si él tenía el corazón comprimido, al verlos pero tenía qué seguir el plan, todavía no podía creer qué ellos fueran las futuras cabezas del Clan Ardlay White, cómo no podía dejarlos ir así, sin un alimento en sus estómagos los invitó a desayunar; esos jóvenes se habían ganado su corazón, cuándo terminaron ambos se ofrecieron a limpiar el comedor y se retiraron.

Cuándo tomaron el bus, qué los llevaría al centro y al estar de nueva cuenta repleto, un joven peruano lanzó insinuaciones e hizo un tocamiento inapropiado a la rubia, que se paralizó de terror, Albert, quería demostrarle qué él no se metería en cosas qué no le correspondían, pero cuando vío lo sucedido, sin dudar un segundo, se metió a defender a la rubia, le lanzó un par de golpes a aquel individuo que cómo un vil cobarde bajo huyendo y se fue corriendo, para mantenerse a salvo, ahí entendió Candy, qué se encontraba en peligro, qué se tenían el uno al otro, y qué sólo era cuestión de llegar a acuerdos, y aprender a confiar en él.

Al llegar al centro de Lima preguntaron por el lugar en el cual entraron, y pudieron cobrar una cierta Cantidad de Soles, muy diferente a la acordada a la qué depositarian, ¡Sí!, se decepcionó bastante, eso demostraba qué tenían qué ser previsores y no gastar en cosas sin importancia.

Descubrieron ese día también, qué tenían qué acordarse, qué camiones tomar, para ir y venir al centro de la ciudad, no recordaban qué su visita a Perú eran por cuestiones laborales, no de placer, y se acordaron de aquella cita cuándo era muy tarde, lamentablemente, habían perdido la cita con Campesinos y Productores del campo Peruano de la Sekca Amazónica, que vendían las frutas y verduras, tan solo por llegar cinco horas tarde. Y si querían una cita debían esperar un mes, pues estaban visiblemente molestos por su falta de compromiso en el asunto.

Mientras tanto William Alexander Ardlay, hablaba con su amigo el escritor y platicaban sobre ambos rubios, y le giro dinero para los gastos de ellos como eran gas, teléfono, agua y el mantenimiento del lugar, sólo le pedía qué los hiciera sufrir un poco.

Pauhlo Coelho, decidió  hecharles una mano y les compró una pequeña despensa, salió del mini departamento y se hecho a sonreír.

-Ambos rubios, al llegar al departamento, marcó nuevamente a la oficina, pero no tuvo respuesta, Candy hizo lo propio, y lo qué obtuvo fue un regaño por parte de Jimmy, qué al notar la falta de compromiso de ambos, les indicó qué tenían qué buscar a cada productor y comerciante y pedir nuevamente una reunión,  mientras no obtuvieran una nueva fecha, se tenían qué acoplar económicamente a lo qué se les mandará y colgó.

Después ambos abrieron una caja de cartón qué se encontraba en la mesa del comedor y descubrieron la pequeña despensa y se empezaron a organizar con lo qué había para poder cenar.

Continuará

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