𝐋𝐄𝐓𝐓𝐄𝐑𝐒 | ℳ𝒶𝓍 ℳ𝒶𝓎𝒻𝒾ℯ𝓁𝒹

𝗔𝗖𝗧 𝗧𝗪𝗢

🌷❑ᝰ 𝗦𝗘𝗚𝗨𝗡𝗗𝗢 𝗔𝗖𝗧𝗢 ᝰ❑🌷

Ambas chicas se miraban entre sí algo idas, ninguna se atrevió a acercarse a la otra.

Hasta que la castaña sin dejar aquella respiración agitada empezó a acercarse a la pelirroja, hasta quedar enfrenté de la última mencionada.

Quedando relativamente cercas.

— ¿De verdad? ¿Eres Maxine? — preguntó algo muy obvio la de ojos cafés, pues seguía sin creerlo.

La ojiazul asintio levemente con algunas lágrimas amenazando con salir en cualquier momento, pues no quería escuchar algo que la hiciera sentir mal, menos si venía de parte de la chica que le gustaba y empezó a amar.

— ¿Por qué me amas tanto? — preguntó una vez más Lynn desconcertada, ya que recordaba como en aquellas cartas la ojiazul le decía cuánto la amaba.

— Porque tú sacaste un lado mejor de mí — las primeras lágrimas cayeron — Un lado de mí que jamás conocí — agachó su vista, no quería que Dilay la viese llorar — Me enseñaste que no todo estaba perdido.

Lynn se encontraba desconcertada, no sabía cómo reaccionar o que decirle a la ojiazul. Aunque las últimas palabras de la pelirroja era exactamente lo que sentía ella con tales cartas y la persona.

Lo pensó dos veces.

Recordó cada carta y esas palabras escritas que la hacían sentir bien, y creía que el hecho de que esa persona fuera chica, no lo cambiaría, seguiría sintiendose querida y amada.

— Puedes pensar que soy una enferma porque me gusten las chicas, o más bien, tú — habló Maxine limpiando sus lágrimas, aunque más seguían saliendo.

Dilay recordó a su padre, no sabía si le agradaría la idea. La castaña tenía un cierto miedo a lo que dijieran las personas.

— No pienso que eres un enferma... — murmuró la de ojos cafés viendo a la chica — Solo qué, Ésto es muy confuso.

Maxine tenía sus ojos algo rojos debido a sus lágrimas.

Dilay buscó algo entré su bolsa de aquel short mezclilla. Sacó un pequeño papel, lo analizó un par de segundos para finalmente extenerdelo a la pelirroja.

— ¿Tu número? ¿Sólo me lo das por lástima? — cuestionó de forma calmada.

Lynn negó repetidas veces — Creó que podemos llegar a ponernos de acuerdo para salir, sólo nosotras — explico tratando de no pensar en las críticas que recibíria.

— ¿Te agrada la idea? — preguntó al ver como la pelirroja no contestaba.

— Me agrada... — murmuró la ojiazul tratando de no temblar por los nervios.

Dilay sonrió levemente para la chica, se dió medía vuelta para retirarse del lugar e ir a su casa a pensar todo lo que había pasado, no sabía cómo logro invitar a la ojiazul sin pensar tanto en lo que dirían los demás.

— Dilay — llamó Max tomando sin fuerzas el brazo de la castaña haciéndo que la volteara a ver.

La de ojos cafés volteó a ver a la de ojos azúles, Dilay admitía que cada vez que miraba aquellos ojos azules recordaba el lindo cielo que solía admirar por las tardes.

Sin embargo notó como las lágrimas volvían a salir de la pelirroja.

— Por favor, no vayas a rechazar mi amor — pidió entre lágrimas la pelirroja — Incluso si no tienes una respuesta...

Max lloraba por las suposiciónes que se hacía, pensaba que tal vez Dilay la rechazaría.

Mientras que la chica Lynn soltaba lágrimas en silencio por estar confundida, jamás había estado en una situación así, sentía que cometía algún crimen para los demás.

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Dilay haría lo posible para no sentir que estuviera haciendo un crimen, ya que le causaba bonitas sensaciónes estar con la pelirroja.

🎐*ೃ༄ Ambas se apoyarían mutuamente.🎐*ೃ༄

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Max haría lo posible para ayudarla y hacerla sentir amada.