ℳ | 𝗦𝗜𝗫

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La pelirroja se encontraba preocupada día y noche, cuestionandose si fue mala idea darle su nombre a la castaña

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La pelirroja se encontraba preocupada día y noche, cuestionandose si fue mala idea darle su nombre a la castaña.

Aunque sabía que cuando hablaron por primera vez en persona se presentó como Max. Pero eso no hacía que se calmará.

Por otro lado estaba Dilay Lynn, quien seguía con sus altas dudas si esa persona exista, ya que la persona no se había resistido en darle su nombre.

Aunque su más grande error fué investigar tal nombré en sólo chicos.

Russo estaba cansada al no obtener algúna respuesta, verdaderamente frustrada, ya que ella encontraba todo.

— ¿Has pensado sobré la suposición que te dió Robin? — sólto tal pregunta con cansancio.

— No, y no la tendré — confesó con nervios — No se cómo reaccionaría mi padre.

— ¿Y si tu padre lo aceptará? — cuestióno la rubia.

—No lo se Olivia — rodó los ojos — No soy experta ni aprendiz en eso.

— ¿Pero te gustaría? — interrogó Russo tratando de molestar a la castaña.

— Mejor cállate — habló Lynn lanzándole una almohada.

Olivia sólto una carcajada al notar como las mejillas de su amiga se enrojecieron al hacer tales preguntas. Apesar de que la castaña trataba de mostrarse sería, no pudo evitar reír levemente.

Finalmente Dilay soltó un gran suspiro, sentía esa pequeña duda de que pasaría si quien estuviera detrás de esas bellas cartas fuese una chica.

Finalmente Dilay soltó un gran suspiro, sentía esa pequeña duda de que pasaría si quien estuviera detrás de esas bellas cartas fuese una chica

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La ojiazul se mantenía informándole todo lo sucedido a su mejor amiga, Jane Hopper.

Y en sus tiempos libres le gustaba ir al centro comercial, cada día esperando poder ver a la chica Lynn en éste.

Cuándo lograba verla, sonreía y se mantenía viéndola mientras se animaba así misma a hablarle.

Y cuando no la encontraba, sólo pasaba al puesto de repostería y compraba un café, siempre recordando que seguía deviendole un café a Dilay Lynn.




















LA CASTAÑA  ya estaba harta de no saber quién era esa persona, necesitaba conocer a la persona que hacía sentirla querida y amada.


























TENÍA UN PLAN, que pronto pondría en marcha...

TENÍA UN PLAN, que pronto pondría en marcha

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𝐋𝐄𝐓𝐓𝐄𝐑𝐒 | ℳ𝒶𝓍  ℳ𝒶𝓎𝒻𝒾ℯ𝓁𝒹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora