Querida Dilay :
¿Alguna vez te has enamorado?
O mejor
¿Has causado que una persona se enamoré de ti?
Tal vez no lo sepas, aunque con esta carta dalo por hecho, desde la primera vez te ví en el centro comercial, sentí una extraña pero bonita sensación en mí, es muy loco, a decir verdad.
Tal vez piensas "porque no te lo digo de frente" quizás me puedas rechazar al instante al saber quién soy, y créeme, es lo último que quiero.
Anonimó—
Lynn leía la carta carta en voz alta para su mejor amiga, Olivia Russo. Quien estaba más emocionada que Dilay.
— Es increíble — soltó Olivia dando pequeños saltos.
Dilay la hizo parar ya que todos las comenzaban a ver de manera extraña.
— Bueno, tal vez sea "increíble" — hizo comillas por el aire — Pero ¿Por qué me dejarían esto en una casita de aves? y lo peor, fuera del centro comercial.
Russo encongio los hombros, mientras se mostraba ansiosa.
— Muy bonito — apuntó la pequeña hoja de papel — Pero vamos de una vez por mi helado, lo prometiste.
Dilay rodó los ojos, Olivia podía ser muy obsesiva con muchas cosas, una de esas cosas era el helado.
— ¿No creés que podría ser una broma? — ignoró el anterior comentario — Digo, es muy raro que de la nada me llegué ésto.
Olivia negó repetidas veces — Seguro que es una persona muy tímida.
— No lose — suspiró exhausta — Pero no dejaré que después alguien me humille con ésto, la estoy pasando muy mal para que alguien me haga una broma.
Lynn sacó un pequeño encendedor de su bolsillo decidida hacer lo que haría.
Antes de que su amiga la detuviera, Dilay ya había prendido en fuego la hoja de papel.
Dejó caer la carta para después pisarla causando que el pequeño fuego se apagará.
— Vamos ahora por el helado — hablo la castaña viendo con un poco de arrepentimiento el trozo de papel.
Tomó a Olivia del antebrazo para caminar hacía la entrada del centro comercial, perdiendose entre las personas que estaban en el lugar.
A unos escasos kilómetros se encontraban dos amigas, una pelirroja y una pequeña casaña.
Maxine observaba como su amor imposible leía aquella carta, al ver que Russo saltaba de emoción sonrió, ya que eso podría significar que también le había gustado a Dilay.
No tardaron más de 10 de segundos para que su corazón se rompiera en mil pedazos.
Observó como Lynn había quemado aquella carta que le costó tiempo en hacer, y por si fuera poco, vió como pisoteo sus sentimietos.
E inmediatamente sintió como alguien tomó su mano, tratándose de su amiga, Jane Hopper, quién le brindo una pequeña sonrisa de apoyó.
— No te preocupes, seguro está confundida — aliento la pequeña Hopper.
— Supongo — suspiro con una fuerte triseza.
Recargó su cabeza en el árbol, sus pensamientos comenzaban a llegar <¿Será buena idea seguir con ésto?> Se preguntaba una y otra vez.
— Max — llamo Jane — Me tengo que ir — se levantó del céped.
La pelirroja frunció el ceño — ¿A donde? — preguntó con curiosdad.
— A empacar, sabes que dentro de unas semanas me iré de Hawkins — sonrió débilmente — Además, quiero pasar tiempo con Mike.
— Entiendo, hasta luego — se despidió viendo como su amiga castaña se hiba del lugar.
Una vez más, Maxine Mayfield se había quedado sola.
💌 Capítulos cortos, ya que la historia no sera muy larga.
𝐃𝐞𝐯☁︎—
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𝐋𝐄𝐓𝐓𝐄𝐑𝐒 | ℳ𝒶𝓍 ℳ𝒶𝓎𝒻𝒾ℯ𝓁𝒹
Fanfiction┌ ──────── ╰─► 𝐋𝐄𝐓𝐓𝐄𝐑𝐒 💌 🌈 ‧ ⌗ 🍨 👥 🍡◦۪۪̥‧ 🌷 ⛓️ Max Mayfield la había visto en el centro comercial y locales en Hawkins. De inmediato sintió algo extraño al verla, quería conocerla, hablarle, pero sus nervios no ayudaba...