Capítulo 2

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Llega al colegio, corre lo más deprisa que puede, mira cada dos por tres la hora en el móvil mientras corre. Se ahoga, no puede correr más. Suspira, mira la puerta de la entrada y se queda quieta. Esta cerrada, ¡mierda!. Espera a que se le iluminen las ideas, ¡ya está! , se coge a los barrotes de la puerta grande que hay, y sin pensarlo más, coge el impulso necesario. Y salta la puerta. Saca la pierna izquierda y luego la derecha de la puerta, y da un salto tan grande que hace que se caiga al suelo, y se haga daño en la pierna izquierda. Se retuerce de dolor, saltar la puerta no ha sido muy buena idea. Una chica con el pelo rubio la ve tendida en el suelo con la cara de sufrimiento. Se acerca a Juliet con cuidado, la mira y le ofrece ayuda. Estira la mano para que la chica se la coja, pero está no puede, la pierna le duele. Entonces la chica se agacha y la coge en brazos, Juliet se queda perpleja al verla. La mira de frente, seria. La chica desconocida la sonríe con amabilidad.

-Comparado con mi hermana tú no pesas nada.-Juliet sonríe, por que no sabe si tomárselo como un cumplido o como una ofensa. Sin pensarlo más tiempo opta por sonreír y tomárselo con humor. La chica misteriosa se llama Helena, una chica muy sociable pero muy tímida al mismo tiempo.

-¿Dónde me llevas?

-A la enfermería. Mi madre es enfermera de aquí en el colegio. Oye ¿te duele mucho?

-Bueno, ahora no tanto, es que la ostia que me he metido era muy bruta.-Se hecho ha reír de su torpeza, cosa que hace casi muy a menudo. Helena la mira y sonríe, que ojos más bonitos tiene, es de un color verde oscuro muy peculiar.

-Me alegro que el dolor se te haya aliviado un poco.

-Gracias-la joven sonríe mirándola a los ojos. La chica la pone en la camilla y le pide que se tumbe. Está obedece y sonriendo le da las gracias por haberla llevado a la enfermería.

-De nada. Uy, que cabeza, se me ha olvidado presentarme. Hola me llamo Helena, y soy la hija de Rosa Ibañez.-La chica sonríe de nuevo. Y coge una silla que hay en la mesa de enfrente de la camilla para sentarse junto a su nueva amiga. La mira y se sienta en la silla.- Yo me llamo Juliet. Encantada.-Dijo sonriendo de oreja a oreja.

-¿Cómo es que nunca te he visto por el pasillo?

-Pues porque no suele ir casi nunca por los pasillos. Sólo por las tardes que tengo otras asignaturas.

-Se sincera.¿A ti te gusta estudiar?

-Sí, bueno, es mi obligación estudiar.

-Ya, pero no te gustaría hacer algo creativo, en vez de estudiar periodismo que se nota que no te gusta podrías probar con otras cosas.

-¿Cómo sabes que estudio eso?

-Pues porque voy a tu clase jajajaja.

-Oh, es verdad.

-Mi madre tarda mucho en venir...espérame aquí, ahora vuelvo.-Helena se levantó de la silla y dejó a la chica sola en la enfermería. A continuación la enfermera, la madre de la chica, llega con una venda y en la mano izquierda y debajo del brazo derecho llevaba una caja enorme con vendas, betadine, alcohol y tiritas. Sonríe a la chica que esta tumbada con la pierna izquierda hecha polvo.

-Hola cielo, ahora mismo te curo la herida.

-Vale, muchas gracias Rosa.-Helena estaba allí observando la escena entre su madre y su nueva amiga Juliet, sonríe feliz.¡Por fin ya tiene una amiga! Rosa coge la pierna de la chica y leva poniendo betadine y luego coge un trozo de algodón que hay encima de su mesa. Le va curando con cuidado la herida que tiene en la rodilla y después le pide que se levante.

-Ya está, no es nada, es sólo un rasguño.

-¿Sí? pues los rasguños amargan ¡ay!-Helena se ríe y luego se acerca a las chicas, le da un beso a su madre, y después otro beso a su nueva amiga. Se miran sonriendo.






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