Capítulo 23

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Juliet baila sola en la clase, no hay nadie que la corrija , o que le diga como poner sus pies, ella libre, se siente feliz, no hay normas, no hay presión. Solamente hay música que la joven a elegido. No es que no le gusten las clases de Helen, si no que cualquier ser humano necesita liberarse de todo lo que le rodea.

Camina flexionando las piernas, y después apoyando los pies con firmeza. Sonríe, da un giro suave y lento sobre si misma, estira los brazos y abre las dos manos y las cierra. Estira el cuello, levanta la cabeza y mira hacia el techo sonriente, y feliz. Sigue bailando, abrazándose a si misma y a continuación dando grandes saltos.

Llega una música triste de el pianista Ludovico Einaudi, la melodía se titula "Nuvole Bianche", una canción con demasiado sentimiento, siente ganas de llorar, pero no lo hace.

Coge impulso y salta de nuevo, estira la pierna derecha y la otra la deja inmóvil, siente mucha presión, su rostro la delata. Pequeñas lágrimas le dibujan una línea fina y transparente en sus sonrojadas mejillas. Se queda sin fuerzas, esta cansada de todo, siente que este mundo al que accedido pertenecer le viene demasiado grande. ¿Qué debería hacer?. Alguien la escucha llorar desde el pasillo de la escuela, solloza con tanta fuerza, que las paredes la escuchan. Siente demasiada presión en si misma, siente que va ha explotar, lleva semanas peleando con los pasos preparados para el concurso más importante que ha creado la comunidad Valenciana, llamado "bailemos". El concurso consiste en ser originales con los pasos, buscar el sonido perfecto para una coreografía extremadamente perfecta. Y está prohibido no exigirse a si mismo, si quieres ganar, debes hacerlo. Luca la observa demasiado preocupado, no quiere verla así de mal. Sabe que lleva esforzándose desde que se enteró que el día 14 de Abril sería el evento, el momento de brillar ante un escenario ante miles de personas, miles de personas a las que quieres y admiras. Esas personas que esperan que cuando pises el el suelo del escenario lo hagas muy bien. Sin fallos, sin interrupciones.

Luca la sigue mirando, en silencio siente que debería retirarse...Al menos, unos días, para que descanse de todo y deje de presionarse, caerá enferma si no para, y no se retira de este mundo.

-Juliet...-El chico está detrás de ella, con la cara entristecida, y con el corazón asustado, teme que por culpa de la presión del concurso le ocurra algo malo. La chica gira la cabeza, con los ojos llorosos, y la cara llena de tristeza.

-¿Qué?-El joven no sabe que hacer, así que se limita a callarse, y ha abrazarla con mucha fuerza, Juliet apoya la cara en el pecho de Luca, después su mano abierta la apoya en su corazón, no lo oye, pero lo nota, ella sigue llorando.

-Lucas, yo...yo...no puedo...más...siento que me ahogo en un maldito lago con demasiada agua asquerosa. No sé nadar en este mundo...-El chico la abrazar más fuerte. No sabe que decirle, por que él no ha sufrido esa presión que su chica siente en ese momento. Él se tubo que pagar sólo las clases de piano trabajando, porque sus padres no tenían dinero ni para comer, todos los días tenían que ir ha comer a casa de todos los familiares que tenían. Ahora que sus padres ya no están con él siente un puñal en el pecho cada vez que su mente viaja al pasado, y ver, que nunca ha tenido el valor suficiente para decirles que los quería, cada vez que se cruzaban sus caras eran gritos y peleas de cualquier cosa, ellos no tenían la culpa, pero sentía demasiada rabia porque no le gustaba vivir así. Actualmente vive solo con una compañera de piso en Madrid que tiene 3 perros y dos gatos. Todo eso lo ha conseguido trabajando sin parar.

-Juliet mírame.-La chica se aparta de su pecho y lo mira a los ojos aún con la tristeza y la presión encima de ella.

-Si quieres retirarte, todavía estás a tiempo, no pasa nada si no te presentas, yo te querré igual, eres mi mundo entero, mi tecla irreemplazable.-La joven sonríe mirándolo a los ojos.

Su cuerpo tiembla, su corazón se ahoga, de pronto se queda sin aire, no puede respirar. Luca sabe lo que le pasa, así que le dice que respire hondo, que coja aire por la nariz y lo expulse despacio. Siente demasiada presión, es demasiado joven para sentirse así. Se aparta de ella y va corriendo a por una bolsa y se la entrega rápidamente a su novia, la chica entonces la coge y empieza a coger aire y a expulsar con rapidez, varias veces, hasta que se encontrase mejor.

-Ya está, se acabo, debes retirarte del concurso.-La chica para, y gira la cabeza para mirarlo a la cara.-No me puedes pedir que lo haga, sabes perfectamente lo importante que es esto para mí.-El chico se echa las manos a la cabeza, luego la mira enfadado y preocupado.-¡¿No te das cuenta lo que te está haciendo ese maldito concurso?!.-La chica derrama una diminuta lágrima que le dibuja de nuevo otra línea, esta vez es corta. Sus ojos aún llorosos contemplan con tristeza a su novio.

-No me pidas que lo deje, por favor...-Dice sollozando, y con los ojos cerrados con fuerza, los aprieta tanto que siente dolor en las pupilas. Luca no dice nada, se queda en silencio, sólo se limita a observar a su gran amor como sufre, con los brazos cruzados. La mira, suspira.

-Ya nos veremos...-Y se marcha dolido, y asustado, serio y entristecido, cuatro sentimientos para un solo corazón, que ahora se ha convertido en piedra. La chica se queda sola, llorando sin parar, por su culpa lo ha perdido...Y cree que no lo volverá a ver más...Se levanta del suelo, y va directa al espejo, que refleja su rostro entristecido. Se mira, se quita las lágrimas secas con las palmas de las manos con rabia. A continuación se queda callada, y sin decir ni pensar nada. Se sienta en el suelo aún frente al espejo. Con el corazón en un volcán de emociones incontrolables.


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