Bailemos

Capítulo 10

-¿Por qué no me dijiste que esas chicas se estaban metiendo contigo.-Pregunta la madre de Helena preocupada. La chica agacha la cabeza, se siente fatal. Deja caer los hombros y estira los brazos. Marta se acerca a su hija y la abraza, la joven apoya la cabeza en su pecho y abraza más fuerte a su madre. Ella sólo quería hacer amigos. ¿Por qué son tan cueles en ese colegio?. Marta se aparta de la muchacha y la mira con ternura a los ojos mientras que posa sus manos sobre el pelo de su hija. Suspira-lo siento mamá...te lo tenía que haber contado.-La mujer la vuelve ha abrazar y dice-no pasa nada hija, pero esas niñas deberían de ir a un sitio peor por todo lo que me has contado. Llamaré a la policía.- La chica se aparta de la mujer, y con el terror en sus ojos le contesta-¡¡¡No, no mamá!!!-¿cómo qué no?-la madre esta muy preocupada por su pequeña, teme que si esas jóvenes delincuentes se acercan a ella...Le parte el corazón con sólo pensarlo, y empieza ha caerle pequeñas lágrimas por los ojos. Ya le ha visto los moratones en la espalda, los cortes en la cara y el labio partido...Ella siempre pone la misma excusa , que se ha caído al suelo y por eso se ha echo esas barbaridades en el cuerpo. Su madre esta tensa, la mira con intensidad, sus ojos se pierden en sus recuerdos junto a Helena, la chica sonríe feliz al ver a su madre tan guapa. Hoy está más guapa que otros días.

-Mamá te quiero.

-Y yo a ti hija mía.-La vuelve ha abrazar y la besa en el cabello con miedo. Esas chicas son demasiado peligrosas. Un vez le contó su hija que una chica llamada la guarra de los rizos le había dicho a la líder del grupo que se había acostado con todo el colegio, la joven odiaba a Helena por varias razones incoherentes. La empezaba ha empujar por el pasillo hace pocos días. Dice que era verla y sentir miedo. Cuando pasaba por un pasillo la guarra de los rizos estaba allí, esperándola, con cara de pocos amigos y con los brazos cruzados y siempre estaba en un rincón del pasillo. La joven intentaba esquivarla, pero la chica se le adelantaba unos pasos y ya la tenía encima.-Eres una muñeca de plástico, no te había visto de cerca.-Dice con la cara muy aproximada a la suya, y con tono de burla, después se ríe y le da pequeños golpes con la palma de la mano.-Que asco que te tengo muñeca de plástico, no tenías que haber aparecido. Después se marchó con chulería, la chica sintió demasiado miedo en esos instantes, empezaba ha temblar sin parar y ha quedarse sin aire. Cuando su hija se lo contó, la mujer no daba crédito a lo que estaba escuchando.