Confesiones Parte I

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"Las confesiones siempre son difíciles de declarar ya sean unas de amor, desilusión, alguna verdad oculta o simplemente desahogarnos sobre algo que se encuentra escondido en lo más remoto de nuestro corazón. Sin darnos cuenta las confesiones son esa mezcla de emociones y sentimientos que queremos salir a relucir, aunque no siempre es bueno confesar al menos eso pensaba Kasumi.

Con lágrimas en los ojos veía como uno a uno de sus familiares y amigos cercanos comenzaban a despedirse de su padre, dirigió su mirada azul hacia su madre que sostenía fuertemente en sus brazos a su hermanito de dos años y como en el rincón su hermano veía con extrema tranquilidad todo frente a él. Apretó lo puños, sentía mucha impotencia y culpa por la muerte de su padre, si era cierto que ser especial provocaba este tipo de situación deseaba con todas sus fuerzas ser como su madre o sus hermanos, no una persona que ve monstruos que al final del día arrebatan la vida de seres vivos sin medir las consecuencias.

De pronto sintió como era jalada de su cabello, mirando con lágrimas en los ojos al causante de su dolor encontrándose con...

- A-Abuela. – alzo las cejas sorprendida.

- ¡Tú mataste a mi hijo!. – mientras gritaba agitaba a la pobre niña del cabello. – Les dije que era mejor deshacerte de ti, pero la inútil de tu madre nunca quiso. ¡Tú mataste a mi hijo! ¡Mataste a tu propio padre! ¡Eres un Monstruo!.

Los gritos eran cada vez más intensos y ya la pobre niña no trataba de soltarse sintiendo que se merecía esas palabras, pero el fuerte ruido de una bofetada logrando que su abuela la soltara y abriendo los ojos nunca imagino ver tal escenario nunca. Su madre veía despectivamente a su abuela, aún tenía su mano alzada y al lado de esta estaba Kano furioso cargando al pequeño de dos años quien no dejaba de llorar.

- Kasumi-chan. – la voz de Suki no logro que apartara la mirada de las mujeres.

- No le permito que vuelva a poner una sola mano a ninguno de mis hijos. – fue tajante la ahora viuda. – No comprendo su dolor, pero, así como usted perdió a un hijo yo acabo de perder a mi esposo.

- ¡ESO ES PORQUE TU LO PERMITISTE! Esa niña es la causante de que tu esposo este muerto, esa cosa que trajiste al mundo es una amenaza.

- Es su nieta y mi hija. – decía en voz baja la castaña. – Ella es inocente, no es culpa de Kasumi en él estuviera borracho y por su estado comenzara a ver alucinaciones.

La fría carcajada de la mujer erizo la piel de los más pequeños, entonces los ojos azules de Miwa vieron como su tío junto a su esposa se acercaban a su abuela.

- Es mejor que no te sigas rebajando madre. – hablo el hombre tomando la mano de la peligris. – Es inútil hablar con personas de su calaña. Todos aquí conocemos la verdad y que mi hermano murió por culpa de...- mirando de arriba abajo a Kasumi despectivamente. – A causa de esa niña.

- Tienes razón. – acercándose lentamente a su nuera. – Después de la ceremonia quiero que te largues con tu extirpe lejos de aquí y espero, Akane no volver a ver el rostro de tu maldita hija.

Sin más dio la vuelta con la cabeza en alto, dejando a la pobre mujer débil y que si no fuera por su amiga e hija desde hace un buen rato se estuvieran desmoronando completamente. Miwa sentía sus ojos secos sin vida y no solo eso sentía un nudo en la garganta porque sabía perfectamente que las palabras de su abuela eran ciertas, no fue hasta que sintió el abrazo de su hermano y Suki donde reacciono.

- No tienes nada de qué preocuparte Oneesan. – el infante abrazo con más fuerza a Kasumi. – Tú no eres ningún monstruo eres demasiado bonita, para ser uno. Esa mujer está loca.

¿Cuál es tu tipo ideal?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora