· Only 100 years - Maylor

Capítulo 2: Brian May

1875, Londres

Puede que trabajar en el campo junto con su padre le ayudara a mantenerse en forma, pero de todos modos, Brian Harold May seguía siendo un flacucho. No era bueno tener ese cuerpo, burlas, comentarios obscenos, miradas, entre muchas más cosas tenía que soportar el joven de dieciséis años. Por no hablar de su abundante y rizado cabello. También recibía críticas por ello, y le molestaban, le molestaban mucho, pero ni en sueños se iba a cortar su característico cabello. Estaba dispuesto a engordar, a cambiar lo que fuera, ¿pero el pelo? 

El pelo no se toca.

La familia de los May vivía bien, pero no podían relajarse. Era como cuando tienes algo colgando de un hilo, si te esfuerzas en que no se caiga, aguantará bien, pero si no, se echará todo a perder. Y así era, tenían algo de dinero, pero no les sobraba. Harold y Brian May trabajaban, como he mencionado anteriormente, en el campo, sacando los vegetales y vendiéndolos a sus vecinos. Ruth May limpiaba los hogares de las familias más ricas de todo Londres, y era ese el trabajo del que más comía la familia May.

Había una pequeña casita cerca de la zona en la que Brian vivía, su colegio. El sitio donde conoció a sus dos únicos amigos; Farrokh Bulsara y John Deacon.

En cuanto a Bulsara, este prefería que le llamaran Freddie, Freddie Mercury, pero solo podía disfrutar de ese nombre cuando estaba con sus amigos, puesto que sus padres no se lo permitían. Era un joven persa de la misma edad que May. Muchas personas se burlaban de él por sus orígenes y por la grande y característica dentadura que este poseía, pero a diferencia de Brian, le importaba un rábano.

John Richard Deacon, de dieciséis años también, siempre fue tímido, reservado y observador. Parecía que no estaba al tanto de nada, y eso le hacía parecer inofensivo, pero si te descuidabas se podía convertir en una terrible serpiente, sigilosa y escurridiza.

Pero era buena persona.

Freddie tenía claro que era homosexual, y de hecho, estaba secretamente enamorado de John. El muchacho no podía contarle al mundo su mayor secreto, porque no recibiría únicamente burlas o miradas de desagrado, podría llegar a recibir cosas muchísimo peores, y eso le carcomía el alma. No podía ser libre, no podía ser Freddie Mercury.

Sabía que con John y Brian no habría ningún problema en contarlo, pero le avergonzaba por un motivo: John tenía novia.

Lo que Freddie no sabía es que Brian estaba algo confundido.

Volviendo a nuestro chico de cabellos rizados. Este jamás se sintió atraído por ninguna mujer, lo había hecho con algunos hombres, pero no sabía si era puro interés amistoso o interés romántico. No sabía qué le pasaba. Le atormentaba la idea que se le venía a la cabeza, la de ser homosexual, que muy en el fondo sabía que lo era, pero se negaba a aceptarlo por el mismo motivo que Freddie: el miedo.

Pero una persona tan generosa y amable como él no tenía derecho a esconderse. Era el primero de la clase, buena persona con todo el mundo, generoso, amable, y muchos más adjetivos positivos.

Era el chico perfecto.