Capítulo 21

147 19 13
                                    


1875, Londres


— ¿Por qué dices eso? — Aquellos orbes azules se abrieron repentinamente, provocando que el mayor diese un pequeño salto.

— ¡Joder, Roger! — Exclamó sin importarle la malsonante palabra que acababa de decir. — ¿Tú no estabas dormido? — Preguntó esta vez más calmado.

— Sí, pero desperté al notar una presencia a frente a mí. ¿Qué haces aquí? — Ambos chicos se incorporaron.

— Estaba incómodo allí. 

— Te lo dij...

— No empieces. — El rubio rodó los ojos.

— ¿Y por qué me tocabas la boca? ¿Tengo una mancha? — Cuestionó Roger limpiando la mancha inexistente de sus labios.

Los ojos de Brian se abrieron como platos. ¿Desde cuando estaba despierto? Se había percatado de aquello y no podía evitar sentir una vergüenza enorme. Sus mejillas ardían y su respiración estaba entrecortada.

— Y-yo no t-te tocaba la b-boca. — Mintió rascando el puente de su nariz en un acto nervioso.

El ojiazul sabía que no estaba loco, sabía que Brian le había tocado los labios y desconocía el por qué, pero no quería incomodarlo más. Estaba emocionado, los dedos de su amigo habían tocado sus labios, eso le emocionaba. 

— Si quieres me voy. — Comentó el castaño señalando el sofá. Roger negó de inmediato.

— No, Brimi, quédate. — Sonrió. Volvió a tumbarse, provocando que Brian también lo hiciera.

Ambos se mantenían en silencio mirando el techo, Brian no podía dormir de por sí, y Roger ahora tampoco podía, pues al despertarse se había desvelado.

— No puedo dormir. — Habló el menor.

— Yo tampoco.

El rubio dirigió su mirada del techo hacia Brian.

— ¿Te puedo abrazar? — No sabía si era una pregunta demasiado fuerte, pero espero impaciente que la respuesta fuese "sí". Divisó como la cabeza del rizado se movía de arriba abajo indicando afirmación. Sonrió para sus adentros y se colocó de costado pasando uno de sus brazos por encima de May, el cual luchaba por relajarse. 

Una vez lo consiguió, correspondió el abrazo de su amigo, el cual dibujó una amplia sonrisa triunfante.

La noche pasó rápidamente. Después de despedirse, Roger regresó a su casa felizmente, encontrándose con Freddie cruzado de brazos.

Mierda...

— ¿Se puede saber dónde cojones estabas? — Había olvidado por completo avisar al persa, y se sintió tremendamente mal por eso, y todavía más al recordar el hecho de que había contado su secreto. — ¡Habla, maldita rubia! No sabes lo preocupado que estaba... Llegué a pensar que habías vuelto al futuro sin avisar. — Inconscientemente, las lágrimas abandonaron los ojos de Taylor, se sentía la peor persona del mundo, un sentimiento que no mucha gente llega a sentir pero que cuando lo sientes, es realmente agotador.

— Freddie... Lo siento, perdóname. — Se lanzó a los brazos del pelinegro, el cual se sorprendió ante el contacto.

— A ver, tampoco era para que llores... — Intentó aliviar la tensión con un comentario sarcástico, pero fue en vano. — ¿Roger?

— Juro que fue sin querer, Freddie, fue sin querer.

— ¿El qué? — Separó al ojizarco de sus brazos para mirarlo a los ojos.

— Le conté lo de John a Brian hace semanas... Se me escapó. Lo siento mucho.

Freddie suspiró pesadamente y se pellizcó el puente de la nariz, pues realmente no estaba enfadado con Roger, un error lo comete cualquiera.

— Da igual... — Se estaba por ir a su habitación, pero el menor lo agarró del brazo.

— No, Fred, lo siento. Si te sirve de consuelo... Me siento una puta mierda de persona. — Mercury no pudo evitar soltar una risita. — Brian se lo tomó bien, tranquilo.

— Está bien, pero no sé si podré confiarte más secretos, Rog. — La sonrisa del rubio se esfumó.

— ¿Qué? ¡No! Fue sin querer, no volverá a pasar, te lo prometo, te lo juro. — El azabache se limitó a suspirar y despeinarle el cabello a su amigo.

— ¿Vas a decirme donde estabas? — Una pícara sonrisa se formó en los labios de Roger. — Vale, con eso ya me lo dices todo.

— Me quedé a dormir a su casa, yo en un colchón y él en el sofá. Después me lo encontré en mi colchón y me acarició los labios Freddie, me acarició los malditos labios y se atrevió a negarlo. Deberías haberlo visto, estaba hecho un tomate. — Carcajeó. El persa lo miraba boquiabierto.

— Querido, a ese le gustas. — Dijo muy seguro de sí mismo.

— ¿Tú crees? — Su amigo asintió con los ojos cerrados y una sonrisa.

— Cielo, te diré una cosa. Lánzate, atrévete, tócalo, bésalo, ¡fóllatelo si quieres! Solo tienes una vida, querido. Aprovéchala, hazlo tuyo.

— No lo sé Fred... Las cosas están bien así, no quiero estropear nada. ¿Y si solo son paranoias mías? — Mercury suspiró hartándose de tanto negativismo.

— ¡Por Dios, Roger! ¿Nunca vas a aprender que yo siempre tengo razón? ¡Freddie siempre tiene la puta razón! Esa es la ley de la vida. Debes hacerme caso. — El rubio continuaba pensando.

Mercury lo observaba atentamente con ambas cejas levantadas, esperando una respuesta. El rubio pensaba y pensaba, tal vez debería arriesgarse e intentar cortejar a un hombre, algo que jamás había hecho.

— Lo intentaré. — Se decidió por fin. Freddie gritó emocionado y abrazó a su amigo. — Pero solo si tú haces lo mismo con John. — El persa se separó bruscamente y eliminó su sonrisa.

— ¿Qué? No, Roggie, no puedo hacer eso, está con Eva. No soy una rata.

— Fred, tú mismo lo has dicho, vida solo hay una, ¿qué más da? — Ahora era el azabache quien se encontraba absorto en sus pensamientos, pensando qué era lo correcto.

— ¿Sabes qué? A la mierda.

Finalmente, ambos chicos se abrazaron, felices de tener un objetivo en la vida, felices de tenerse y felices de pensar en sus amados.

— Invitémoslos a cenar, cita doble secreta. — Sugirió el mayor. El rubio carcajeó y asintió.






...

Lo sé, un capítulo algo más corto de lo normal pero necesitaba dejarlo así.

Me voy a dormir, mañana subo otro cap :)

Gracias por leer jeje

Si hay faltas ortográficas avisadme porfa *emoji desesperado*



· Only 100 years - MaylorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora