Capítulo 6: Miradas y desesperación

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Nota de Autor:

Un pequeño mensaje previo al capítulo por una vez.

Esta parte va a tratar sobre los pensamientos suicidas (sin actuar sobre ellos, sin TS), así que si te sientes incómodo con eso, puede que quieras saltarte la primera parte (hasta el **).

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—Harry —corrigió de todos modos, por el bien del argumento.

—¡Tus ojos, Potter! Mírame—.

—¿Qué? ¿Ahí? ¿Lo son? —Negándose a obedecer, Harry apartó la mirada con cansancio.

—Son de mi madre, sí, lo sé —gruñó con mal humor.

—No —soltó Snape, sin pensar en Lily —Bueno, sí, pero no, no allí... No es...—.

Parecía realmente asustado, lo que no es en absoluto lo que Harry esperaba de él esta noche, después de ese baile, o incluso en general.

—Mírame... ¡Mírame!—.

Al ver que Harry seguía negándose a enfrentarse a él, le agarro la barbilla y le obligo a girarse en su dirección. El contacto visual sólo dura un instante, lo suficiente para que se le pasara la sorpresa y Harry bajara la vista para evitar su mirada, pero fue suficiente y Snape lo soltó, sobresaltado.

—No puedes hacer esto, Pot...—.

—¡HARRY! ¡Llámame HARRY! ¿Qué parte de esa frase no entiende, profesor?—.

—No puedes hacer esto, HARRY —dijo el hombre, agarrándolo por los hombros de nuevo. —Mucha gente ha arriesgado su vida para salvar la tuya, no es para que tú...—.

—¿Crees que no lo sé? —le grito Harry, al borde de las lágrimas.

—...¡terminar con un capricho! ¿Qué?—.

Snape frunció el ceño, consciente, pero demasiado tarde, de que había dicho exactamente las palabras que no debía haber dicho.

—¿Quién dice que no fue pensado? —escupió Harry, furioso por dentro.

—Esto es demasiado, y antes de que sepa lo que está haciendo —Snape lo abofeteo.

En la sala con los muebles extendidos contra las paredes, sólo la música pop que ha seguido al horrible vals suavizado sigue perforando el silencio.

Llevándose la mano a la mejilla, en la que una lágrima había hecho un fino surco por el impacto, Harry abrió la boca conmocionado.

—Pero estás loco...—.

Snape, igualmente conmocionado, quiso disculparse por haberle pegado, pero la rabia que hervía en sus venas se lo impidió.

—Severus —se alzó de pronto la voz del antiguo director, que llevaba tiempo sin ser visto —cálmate, amigo... Tú...—.

Coloco una de sus manos espectrales sobre el hombro del profesor y éste dio un paso al costado para evitar su gélido y macabro toque. Sin embargo, con un movimiento de muñeca, barrio la aparición espectral.

—Vete Albus, este no es el momento—.

Los ojos de Harry se abren de par en par con incredulidad y él también dio un paso atrás.

—Sí, estás loco...—.

—Severus —insiste Dumbledore, —discúlpate...—.

—CÁLLATE, ALBUS —gritó Snape sin mirarle. —No sabes lo que va a hacer esta noche—.

**

Se hizo el silencio en la casita del lago donde, unos minutos antes, dos hombres seguían bailando torpemente la música que escuchaban por primera vez.

Les Larmes du Phénix (Snarry) (Traducción)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora