Tras unos días de trabajo con Justin y su equipo ultimando detalles para el documental, llegó el momento de despedirse. Faltaba poco para Navidad y Luan quería estar con su familia. No había vuelto a ver a Caroline desde su última conversación, y tenía la impresión de que las cosas no estaban del todo bien. Ojalá aquel malentendido no acabara con su resolución de viajar a Timbavati: la esperaba con ansias.
―He venido a despedirme ―le dijo Luan a Justin desde el umbral de la puerta de su departamento―. El taxi me está esperando abajo.
―¡Buen viaje! ―Justin le dio un abrazo―. ¡Nos vemos pronto!
―Despídeme de su Alteza...
―Se molestaría mucho si te escuchara hablar así ―repuso Jus riendo―. ¡Lo detesta! Ya lo sabes, por si un día quieres hacerla enojar...
―Creo que ya la hice enojar ―admitió.
El norteamericano se encogió de hombros.―No creo que haya sido tan grave.
Luan tomó una bolsa que había dejado en el suelo.
―Es un regalo ―explicó―. Por Navidad.
―¡Oh, gracias! ―exclamó Justin un tanto ruborizado―. Lo lamento, yo no tengo nada para ti. ―Estaba realmente apenado.
―No importa, el regalo nos lo harás con tan importante documental. Por cierto, en la bolsa también hay un presente para Caroline...
―Oh. ―Justin se echó a reír―. Muy bien, se lo daré... Gracias por todo. ¡Nos vemos pronto!
Luan le sonrió y se marchó. ¿Qué diría la princesa sobre su presente? Pasarían varias semanas hasta volver a verse, pero la visita de Caroline en Timbavati lo llenaba de expectación.
Caroline había hecho las maletas para viajar a casa por las vacaciones de Navidad. Tenía una difícil misión por delante: decirle a su familia que se iría a Sudáfrica a filmar un documental. Esperaba obtener el apoyo y comprensión de su hermano Max, quien jamás se oponía a ninguna de sus ideas, pero sabía de antemano que en casa no se la pondrían fácil.
De Franz no había vuelto a tener noticias, desde el último día que discutieron en aquella misma habitación sobre su futuro. ¿Qué pensaría él cuando la viera en la nación africana trabajando? Debía reconocer que eso la ponía un tanto nerviosa...
Respecto a Luan, tampoco se había vuelto a encontrar con él. Lo había hecho a propósito, pero ahora creía que su reacción era un tanto exagerada. Lo mejor, sin embargo, era tomar distancia de todos, y eso era lo que había hecho en los últimos días.
Una llamada a la puerta de su suite la hizo interrumpir su función. Imaginó que sería Justin, ya que nadie más estaba autorizado a subir. Cuando abrió la puerta no se decepcionó: su mejor amigo apareció con una sonrisa y una bolsa en las manos.
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Timbavati Love ✔️
RomanceCaroline Alexandra Marie, Princesa de Liechtenstein, lleva una tranquila vida en Ginebra, donde se dedica a la fotografía conceptual. Luan Edwards es un atractivo biólogo sudafricano que realiza su doctorado en inseminación de leones y que vive en...